Vuelve a subir el IPC general / Foto: Pablo Moreno
Así las cosas, los precios han subido un 5,9% en tasa anual en enero, tras aumentar dos décimas respecto a diciembre (el dato adelantado era un IPC del 5,8%).
Las causas de esta subida han sido el aumento del precio de los carburantes -se retiró el descuento de 20 céntimos a todos los consumidores-, de los servicios de telefonía y del vestido y el calzado.
En cuanto a la inflación subyacente (sin alimentos no elaborados ni productos energéticos), el INE confirma que asciende hasta el 7,5%, tasa cinco décimas superior a la del mes anterior y la más elevada desde diciembre de 1986.
Recordemos que para el cálculo de la inflación subyacente se prescinde dentro del IPC de los componentes más volátiles -cuyos precios sufren grandes fluctuaciones debido a conflictos internacionales, malas cosechas, etc- entre los que se encuentra el índice energético (gasolina, gas, electricidad) y el índice de alimentos no elaborados (frutas, verduras, etc.) Por lo tanto, la inflación subyacente es el indicador que permite identificar con mayor precisión la variabilidad de precios en un corto tiempo.
Es decir, que la inflación subyacente se usa para medir la escalada de precios tanto a corto como a medio plazo debido a que los factores transitorios son eliminados. Por otro lado, este tipo de inflación permite medir los resultados de la política monetaria en un país, ya que se excluyen los elementos internacionales.
Por comparar con otros países, la Oficina Federal de Estadística alemana (Destatis) fijó en el 7,9% el dato del IPC para el país germano en 2022. Mientras que la inflación subyacente se quedó en el 4,9% en diciembre.
Que los alimentos suban un 15,4% en enero sigue siendo una burrada que afecta sobre todo a las familias más vulnerables
En cuanto a los precios de los alimentos, estos aumentaron un 15,4% en enero en tasa interanual, frente a la subida del 15,7% de diciembre, por la aplicación de la rebaja del IVA a algunos productos: del 4% al 0% en pan, huevos, frutas, verduras, legumbres, patatas, cereales…; mientras que el IVA del aceite y la pasta pasaron del 10% al 5%.
No obstante, hay que insistir en lo obvio: que los alimentos suban un 15,4% en enero sigue siendo una burrada que afecta sobre todo a las familias más vulnerables.
En concreto, en el último año, el azúcar se ha encarecido un 52,1%, la mantequilla (+38,2%), salsas y condimentos (+33,9%), la leche entera (+33,4%), los aceites y grasas (+31,3%), los huevos (+27,2%), los productos lácteos (+23,4%), los cereales (+22,8%) y las patatas (+20,5%); preparados de legumbres y hortalizas (+15,8%), la carne de ave (+14,4%), la de porcino (+14,3%), el agua mineral, los refrescos y zumos (+14%), la carne de vacuno (+13,7%), el pan (+13,5%); café, cacao e infusiones (+12%), los crustáceos, moluscos y preparados de pescado (+11,9%) o las legumbres y hortalizas frescas (+11,5%).
Así que las cosas no van bien en la economía española. Y si no, que se lo pregunten a los españoles de a pie…