El Índice de Precios de Consumo (IPC) se quedó en el 5,8% en tasa anual en enero, tras subir una décima respecto a diciembre (5,7), según el indicador adelantado publicado por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Los datos definitivos los publicará el próximo 15 de febrero.

La causa de esta subida, según el INE, ha sido el encarecimiento de los carburantes y que los precios de vestido y calzado han bajado menos en el arranque de este año de lo que lo hicieron en enero de 2022. Además los precios de la electricidad bajaron más en enero de 2023 que el año pasado.

En cuanto a la inflación subyacente (sin alimentos no elaborados ni productos energéticos), asciende nada menos que hasta el 7,5%, tras subir cinco décimas en enero.

Recordemos que para el cálculo de la inflación subyacente se prescinde dentro del IPC de los componentes más volátiles -cuyos precios sufren grandes fluctuaciones debido a conflictos internacionales, malas cosechas, etc- entre los que se encuentra el índice energético (gasolina, gas, electricidad) y el índice de alimentos no elaborados (frutas, verduras, etc.) Por lo tanto, la inflación subyacente es el indicador que permite identificar con mayor precisión la variabilidad de precios en un corto tiempo.

Es decir, que la inflación subyacente se usa para medir la escalada de precios tanto a corto como a medio plazo debido a que los factores transitorios son eliminados. Por otro lado, este tipo de inflación permite medir los resultados de la política monetaria en un país, ya que se excluyen los elementos internacionales.

Por comparar con otros países, la Oficina Federal de Estadística alemana (Destatis) fijó en el 7,9% el dato del IPC para el país germano en 2022. Mientras que la inflación subyacente se quedó en el 4,9% en diciembre.