“Considero que hay que ir por el mundo con humildad, e intentar en la medida de lo posible no dejarse llevar por el efecto manada; algo muy aplicable a los mercados financieros, por otro lado”. Es la filosofía, no solo de vida sino también profesional, de José Luis Herrera, analista de Banco de Inversión Global (BIG), un banco con más de 23 años de historia, especializado en inversión y ahorro, que aterrizó en España hace poco, concretamente en el año 2020.

Herrera nos cuenta en esta entrevista, entre otras muchas cosas, que ‘sentarse’ en una mesa de derivados, donde ha trabajado durante algún tiempo, esapasionante”. “Es fácil hacer un símil cinematográfico... multiplicidad de pantallas, teléfonos sonando sin parar, nervios, hasta taquicardias. Se suele decir que los operadores de mercado no llegan a viejos, realmente es un trabajo en el que estás sometido a mucha presión”.

Presión similar a la que debió sentir (y esto lo supongo yo) cuando realizó su primera operación en Bolsa. “OPV de Telefónica. Febrero de 1997. Aún era estudiante, pero tenía unos ahorros. Con un mercado alcista, todo fue relativamente fácil hasta que llegó el turbulento año 1998; podemos imaginar lo que ocurrió con mis inversiones…”.  

Nacido en el Mediterráneo, en Cartagena, aunque su infancia transcurrió en Zaragoza y Sevilla, ciudad donde estudió Administración y Dirección de Empresas, José Luis Herrera llegó a Madrid en 2005 para cursar un máster de Opciones y Futuros, en el IEB, lo que supuso sumergirse en el mundo de los derivados, de los productos estructurados…“mucha matemática y estadística, y mucha gestión de carteras”.

Sobre la percepción de que a Lagarde, (Christine, BCE) no le afecta lo más mínimo la invasión de Ucrania, Herrera comenta que el riesgo de endurecer la política monetaria en estos momentos, en que aún no conocemos el impacto real de la guerra en la economía, “es que se actúe con dureza en un entorno de bajada del crecimiento, lo cual sería nocivo”.

Y a la pregunta de si son las Bolsas europeas el mejor termómetro de la guerra responde que, “sin duda”. “Son el mejor termómetro para evaluar la “temperatura” cuando hay eventos inesperados, ya sean de índole económica o política”.

-Así que ¿hay un master sobre opciones y futuros? No me lo habría imaginado… Y usted lo cursó. ¿Nos cuenta la experiencia y, por favor, de qué hablamos cuando hablamos de opciones y futuros?

Hay muchos programas de posgrado enfocados a las finanzas, en efecto. El saber no ocupa lugar. La formación en cualquier disciplina es importante, y en el caso del mundo financiero es incluso más necesario, ya que en los programas educativos universitarios no suelen abordarse los mercados financieros con la suficiente profundidad. Por lo que, si quieres especializarte, tienes que ampliar tu universo de formación. En mi caso concreto, el máster que cursé está más enfocado en las finanzas cuantitativas, con un gran componente de valoración de instrumentos derivados y productos estructurados. Mucha matemática y estadística, y mucha gestión de carteras.

-Y ya que, estamos. ¿Me cuenta lo de la triple y la cuádruple hora bruja?

En un sector con tanta implantación de términos anglosajones, como es el sector financiero, es curioso que haya prevalecido un nombre en castellano para un evento de mercado tan especial. La cuádruple hora bruja hace alusión a los vencimientos trimestrales de opciones y futuros, sobre acciones y sobre índices de acciones. En Estados Unidos no se negocian futuros sobre acciones, por lo que la hora bruja abarca solo tres de los cuatro componentes mencionados, y por eso se le llama triple hora bruja. Existe la creencia de que el nombre viene de las tres brujas que aparecen en la obra Macbeth, de Shakespeare. Las sesiones en que hay triple/cuádruple hora bruja, sobre todo durante las franjas horarias en que tienen lugar los vencimientos y se produce el rollover al siguiente contrato, suele haber movimientos erráticos en el mercado, como si hubiera “brujería”. En las jornadas posteriores a un vencimiento importante, el mercado suele establecer una tendencia más clara una vez deja atrás las distorsiones. El viernes 18 de marzo es jornada de cuádruple hora bruja.

El BCE tiene un panorama más sombrío que la Fed

-¿Cómo es ‘sentarse’ en una mesa de derivados dónde ha trabajado durante algún tiempo?

Apasionante. Es fácil acudir a la industria cinematográfica, que nos tiene acostumbrados a determinadas imágenes o escenas que en muchos casos no están alejadas de lo que es una mesa de operaciones de un bróker en la realidad: multiplicidad de pantallas, teléfonos sonando sin parar, nervios, hasta taquicardias. Se suele decir que los operadores de mercado no llegan a viejos, realmente es un trabajo en el que estás sometido a mucha presión.

En una mesa de operaciones, en todo caso, hay funciones diferentes: suele haber un equipo de operadores de mercado, a los que se suele llamar brókers, cuya función es intermediar órdenes por parte de los clientes, sin tomar decisiones propias de inversión. También puede haber un equipo de personas que gestionan activos y que sí toman decisiones de inversión, ya sea con fondos propios de la entidad (prop trading) o con fondos de clientes, siempre que exista esa posibilidad y la entidad esté regulada para realizar ese servicio. En las firmas en que existe una sección de gestión de activos, se gestionan carteras según los mandatos de los clientes, o bien fondos de inversión u otros productos financieros que la entidad haya creado.

-¿Me habla del Banco de Inversión Global (BIG) que llega a España en 2020 y del que forma parte?

Banco BiG es un banco con más de 23 años de experiencia, especializado en inversión y ahorro, que ha aterrizado en España en 2020 con el objetivo de ser el socio ideal de los españoles para gestionar su vida financiera con confianza. Pretendemos facilitar el acceso a las mejores soluciones de inversión y de ahorro para todo tipo de clientes, con todo tipo de perfiles de riesgo: desde el ahorrador más neófito hasta el inversor más sofisticado.

-Entonces, si es un banco digital… ¿excluye a personas como Carlos San Juan que impulsó la campaña “soy mayor, no idiota”?

Rotundamente no. En Banco BiG tenemos clientes de toda franja de edad. Aunque somos un banco para invertir digital, tenemos un servicio de atención al cliente de lunes a viernes, desde las 9h hasta las 19h, que nos aporta diferenciación y valor añadido con respecto a la competencia. Para todos aquellos clientes que requieran atención presencial y personalizada, disponemos de nuestras oficinas centrales en Madrid (calle Serrano, 67).

-¿Cómo llega hasta BIG o cómo se ponen en contacto con usted?

El hecho de formar parte de un proyecto nuevo en España, desde el principio, en el que hay tanto que hacer y tanto que aportar, fue algo decisivo y que supuso para mí una motivación extra. El sector financiero en España es un sector en el que hay mucha competencia, pero muy dinámico y abierto a la innovación. Pienso que el cliente merece un trato directo y de confianza, con profesionales con mucha experiencia en el sector, que no en todas las entidades recibe. Eso es lo que encuentra el ahorrador/ inversor que acude a Banco BiG: accesibilidad, seguridad y confianza. Estoy seguro de que se trata de un cliente que mantendrá una relación duradera y fructífera con el banco.

La cuádruple hora bruja hace alusión a los vencimientos trimestrales de opciones y futuros

-Me gusta este titular que le traslado: “La Fed, lista para subir tipos y surfear entre la inflación y la recesión.

La mayor preocupación actual de los bancos centrales es el control de la inflación, una inflación que inicialmente pensaban que iba a ser transitoria pero que se ha tornado más duradera, y que intentan evitar que sea estructural. A este respecto, creo que es importante diferenciar entre dos escenarios: uno en el que pueda haber un fenómeno de subida general de los precios, y otro en el que haya una retroalimentación, una espiral inflacionista que se vea reflejada en subidas de salarios y por ende con efectos de segunda ronda. Lo peligroso es este segundo escenario, en el que pienso que todavía no estamos, y que los bancos centrales intentan evitar.

Por otro lado, la inflación puede generarse de dos formas: por desajustes en la demanda, o por desajustes en la oferta. Para los bancos centrales, los desajustes en la oferta son difíciles de combatir, al menos con las herramientas tradicionales de política monetaria. En el caso de Estados Unidos, la inflación viene propiciada sobre todo aumentos de demanda, ya que han tenido un proceso de crecimiento tras la pandemia más rápido que en Europa, donde hay distorsiones más bien atribuibles a problemas de oferta.

El riesgo para los bancos centrales es doble: por un lado, actuar demasiado tarde, lo que se llama ir por detrás de la curva de tipos, o incluso no actuar; y, por otro lado, ser demasiado agresivos en el proceso de normalización de la política monetaria, que es indudable que ha tenido mucho que ver en la fase de crecimiento que hemos tenido durante la última década, y que ha propiciado en gran medida el buen comportamiento que han tenido los mercados; al final, el equilibrio entre el efecto que tengan las subidas de tipos para combatir la inflación, y el efecto que puedan tener en el crecimiento es lo que determinará el éxito de los bancos centrales, y es el equilibrio que tienen que buscar y ser capaces de encontrar.

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No hay que desdeñar la posibilidad de que entremos en un escenario de estanflación, que es muy dañino para la economía: bajada de crecimiento y alta inflación.

Ante esto, pienso que podríamos estar ante una situación paradójica: el conflicto en Ucrania podría suponer una ralentización, aunque sea puntual, de la recuperación económica postpandémica y podría haber un impacto en el crecimiento en el corto plazo; pero, en el medio-largo plazo, el previsible aumento del gasto en defensa, podría propiciar una recuperación extra que acabe redundando positivamente en el crecimiento.

Hay que destacar que la inversión en defensa no significa necesariamente producir más armas, sino que hay toda una industria alrededor que permite investigación y avances tecnológicos que pueden acabar revirtiendo en la sociedad. Así ha sido en múltiples ocasiones a lo largo de la historia: invenciones como el GPS o Internet tienen un origen militar, y no nos planteamos un mundo sin la interconectividad actual…

-¿Hasta qué punto el escenario geopolítico está presente en la agenda de la Fed?

Es muy difícil introducir en la ecuación la variable geopolítica, tan imprevisible. Los datos que la Fed ha venido manejando sobre inflación hacen alusión a la inflación de meses anteriores, no están incluidos en estas mediciones de inflación los efectos que pueda tener la reciente subida de las materias primas, y las posibles distorsiones comerciales y financieras causadas por el conflicto.

La Fed, con la subida de un cuarto de punto en la reunión del pasado día 16 de marzo, deja abierta la posibilidad de subidas adicionales según la hoja de ruta prevista a principios de año. La Fed opina que el shock de oferta provocado por los efectos de las subidas del petróleo es puntual, y que no afectará al empleo. Piensan que las subidas de tipos para contener una economía recalentada no afectarán al empleo, que consideran se mantendrá en los niveles actuales durante los próximos años.

Dicho esto, tanto Lagarde en la última reunión del BCE, como Powell, han dejado clara una postura de flexibilidad para adaptarse a las circunstancias, y entre esas circunstancias se incluyen, como es lógico, los efectos adversos derivados de la guerra en Ucrania. La clave a nivel de mercados pienso que estará en cómo aborden los bancos centrales la reducción del abultado balance.

En Banco BiG tenemos clientes de toda franja de edad

-El BCE insiste en transmitir que va a continuar con su programa de normalización monetaria…

El BCE tiene la “ventaja” de ir por detrás de la Fed. En la reciente reunión, se anunciaba el fin del Programa extraordinario de compras de deuda iniciado con la pandemia sanitaria, pero la aceleración de las compras del programa previo, lo que en la práctica supone una aceleración de las retiradas de estímulos (tapering). La presidenta del BCE, Christine Lagarde, dejaba explícito que no habrá subidas de tipos hasta que no termine el programa de compras. Por otro lado, tiene un panorama más sombrío que la Fed, ya que los efectos en Europa de las subidas del precio de la energía se dejarán sentir más que en Estados Unidos, por nuestra mayor dependencia energética externa.

-Parece que a Lagarde no le afecta ‘lo más mínimo’ la invasión…

El principal objetivo del BCE es la estabilidad de precios, que podríamos traducir en mantener un objetivo sostenido de inflación de alrededor del 2%; y así mantener un crecimiento y empleo estables. Las medidas que se toman para conseguir este objetivo no tienen un reflejo directo e inmediato, por lo que no se pueden estar modificando según eventos coyunturales, por muy impactantes que sean. Al menos, no en el corto plazo. Aún es pronto para evaluar los efectos económicos que del conflicto puedan derivarse, y el riesgo de endurecer la política monetaria en estos momentos, en que aún no conocemos el impacto real de la guerra en la economía, es que se actúe con dureza en un entorno de bajada del crecimiento, lo cual sería nocivo.

-¿Se debe mantener el objetivo de inflación en el 2% o habría que adaptarse a otros escenarios?

Como hemos comentado antes, la estabilidad de precios es necesaria tanto para la creación de empleo como para el crecimiento económico. En los últimos tiempos, cada vez más voces apuntan que habría que redefinir el objetivo del 2% de inflación, ya que es una referencia que se acordó en un momento histórico concreto, con unas circunstancias determinadas.

En el verano del pasado año se adaptó este objetivo de inflación, de manera que el Banco Central Europeo podría tolerar desviaciones de la inflación objetivo tanto al alza como a la baja. Para considerar una inflación perniciosa, ésta debe permanecer vigente durante un tiempo prolongado; es decir, es posible que el BCE espere a que haya una lectura elevada de inflación durante varios meses seguidos, no olvidemos que la serie histórica ha mostrado muchos años previos con niveles de inflación bajo mínimos.

Y no olvidemos algo importante: niveles de inflación “aceptables” son incluso buenos para un adecuado dinamismo de la economía; la “japonización” es un fenómeno que no nos gustaría tener en nuestras economías, con inflación y crecimiento en entornos de cero.

No hay que desdeñar la posibilidad de que entremos en un escenario de estanflación

-Las caídas en las materias primas que se han producido ¿pueden ser el anticipo del fin de la contienda tal y como la estamos viendo ahora?

Al comienzo de las hostilidades, las materias primas han protagonizado una gran revalorización: no sólo las energéticas, como el petróleo o el gas, sino también las alimentarias. Durante los últimos días, hemos asistido a un proceso de toma de beneficios. Se podría interpretar también, lo cual no anticiparía un escenario muy halagüeño, como previsión de falta futura de demanda, por el hecho de entrar en recesión.

-Las Bolsas europeas ¿son el mejor termómetro de la guerra?

Sin duda. Las bolsas, en general, son el mejor termómetro para evaluar la “temperatura” cuando hay eventos inesperados, ya sean de índole económica o política. Nos ofrecen información en tiempo real de los sucesos, tanto positivos como negativos. Pero no debemos caer en la simpleza de pensar que reflejan una relación causa-efecto directa, porque generalmente se mueven en base a otros factores, como el sentimiento de los inversores.

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Sin olvidar que con frecuencia sobrerreaccionan a los sucesos. Como ejemplo cercano, vimos cómo, al comienzo de la pandemia por coronavirus, las bolsas se desplomaron rápidamente, pero meses después se alcanzaron valoraciones en muchos casos por encima de los niveles previos, en plena crisis económica. Por el hecho de que descontaban un escenario de recuperación.

-¿Qué espera de los índices?

Pienso que el mercado podría, en el corto plazo, ir a buscar apoyo algo más abajo de los niveles actuales. Pero, si esto sucede, posiblemente estaríamos ante una inmejorable oportunidad de entrada, de cara a una recuperación en el medio plazo sobre los niveles actuales.

Pero hay que ser precavido, aunque las últimas semanas la guerra en Ucrania está teniendo el protagonismo, tenemos también una importante papeleta que solucionar en cuanto a la gradual retirada de estímulos por parte de los bancos centrales, la normalización monetaria. No hay que descartar que volvamos a tener sustos a lo largo del ejercicio, es probable que tengamos un ejercicio con niveles de volatilidad superiores a los de años anteriores. En este escenario de mercado, cobra una gran importancia el ser capaces de identificar aquellos sectores que puedan comportarse mejor en nuevo entorno económico.

Es probable que tengamos un ejercicio con niveles de volatilidad superiores a los de años anteriores

-Y… ¿al Ibex 35?

El Ibex 35 no es ajeno a lo comentado. Dependiendo de la posible rotación entre sectores que pueda producirse, podríamos ver un mejor o peor comportamiento con respecto a otras plazas; es decir, si el escenario de subidas de tipos no es tan elevado, y vuelve a entrar dinero en grandes tecnológicas al interpretar el mercado que no se verían tan perjudicadas por el aumento del coste de la deuda, podríamos ver un Ibex más rezagado; en cambio, si el dinero rota hacia sectores tradicionales (financieros, petróleo, etc.), podríamos ver un mejor comportamiento relativo de nuestro selectivo con respecto a otras bolsas.

-¿Qué sectores no debemos perder de vista?

Aquellos que nos permitan repercutir precios en los productos o servicios que ofrecen las compañías que los componen, si pensamos que vamos a seguir teniendo presiones inflacionistas. Es muy posible que haya un aumento de las partidas nacionales en defensa, por lo que las compañías relacionadas con la industria podrían verse beneficiadas. En la industria, no todo son compañías que fabrican armamento: hay muchas compañías que realizan servicios auxiliares, o que dirigen sus esfuerzos a la seguridad, ciberseguridad, interoperabilidad de sistemas de comunicación, etc. A lo largo de la historia, muchas innovaciones tecnológicas han surgido de la necesidad de investigación en el terreno militar.

-¿Y empresas?

La necesidad de desvincularnos del consumo de combustibles tradicionales podría ser un aliciente para acelerar la transición energética, los planes de acudir a nuevas fuentes de energía, y esto podría seguir respaldando al sector de renovables. Compañías como Solaria o Audax podrían tener un buen comportamiento, bajo este escenario. La “normalización” tras la pandemia debería ir beneficiando a sectores muy castigados como el turístico, por lo que podríamos poner el foco en empresas como IAG, Melia, AENA, Ryanair o Airbnb. Así como compañías industriales: por ejemplo, Acerinox o CIE Automotive.

-Después de dos años de pandemia, los déficits y la deuda han mermado el colchón de los países europeos que ahora vendría muy bien para hacer frente a la situación. Prorrogar un año la entrada en vigor del pacto de estabilidad que ahora está suspendido, ¿le parece una buena idea?

Recordemos que este Pacto limita el déficit público al 3% y la deuda al 60% del PIB. El elevado endeudamiento de las economías europeas con respecto a sus respectivos PIB es un gran lastre. Dar entrada a la política fiscal puede ser interesante, pero no en sustitución de medidas de política monetaria. Es posible que prorrogar un año más su suspensión sea dar una patada adelante al asunto, pero que no solucione los problemas.

Muchas innovaciones tecnológicas han surgido de la necesidad de investigación en el terreno militar

-Italia propone más deuda común…

Italia tiene una deuda por encima del 150% de su PIB. Es una reivindicación histórica de los llamados países periféricos, que contrasta con la reivindicación de los llamados países ricos. Durante las últimas semanas, estamos asistiendo también a la propuesta de destinar determinadas partidas de deuda al aumento en defensa. La clave va a estar en una reivindicación que no es nueva: ¿lanzar eurobonos comunes? ¿Socializar las emisiones de deuda? Probablemente nos vamos a seguir encontrando con las reticencias de los países del norte de Europa. El endeudamiento con tipos de interés bajos es más fácil…

-La recuperación se va a ralentizar, es cierto, pero va a seguir ahí… ¿no es así?

El escenario es incierto. Estamos dando por hecho que vamos a tener un fuerte impacto en la economía derivado del conflicto bélico en Ucrania, y como resultado de las sanciones a Rusia, que puede acabar repercutiendo sobre todo en cuanto al consumo de energía. Pero no debemos desdeñar la habilidad de los países de decir una cosa y actuar de una forma distinta, o incluso la capacidad de encontrar alternativas sustitutivas. ¿Surgirán con fuerza actores como Irán, que suplirán la disminución de comercialización de petróleo con Rusia? ¿Aceleraremos todo el plan de independencia energética? Sin despreciar el efecto que puede tener el aumento en la economía de las partidas de gasto en defensa, que probablemente se verá aumentado.

-No sé si quiere responderme a esta pregunta, pero, y a su juicio, ¿el Gobierno está tardando mucho en presentar un paquete de medidas para paliar la situación?

Entiendo que la pregunta está relacionada con los fondos europeos de transferencia, los Next Generation. En este sentido, la aplicación de los mismos y las medidas que se están tomando están en línea con los plazos que están manejando el resto de países europeos. La burocracia europea hace que sea más engorroso este tipo de acciones. 

-¿Cuál es la fórmula, sobre todo en este momento, para enfrentarse al día a día de los mercados?

La esencia actual de los mercados no es distinta a otras épocas: los precios se forman en base a expectativas, a opiniones, a sobrerreacciones, a miedos, a euforias. Es cierto que la tecnología permite la democratización de los mercados, al permitir acceder al inversor de a pie a información a tiempo real, y ofrecerle acceso a los mercados. Y esto hace que los movimientos sean más rápidos que antaño; pero no cambia la esencia de los mismos. En todo caso, conceptos como preservación del capital, diversificación, planificación financiera, siguen estando plenamente vigentes y no debemos perderlos de vista.

Compañías como Solaria o Audax podrían tener un buen comportamiento

-Y, por último, ¿es capaz de desconectar los fines de semana?

Si realizas una actividad que te apasiona, dedicarle tiempo es agradable. Es lo que me ocurre con los mercados financieros. Como me gusta estar siempre informado, dedico tiempo a leer sobre economía y finanzas, así como otros temas que son de mi interés, a estar constantemente informado. Pero también tengo una vida social, por supuesto.  Así como aficiones que me ayudan a desconectar. Soy un apasionado del modelismo, del aeromodelismo (pertenezco a un club madrileño de radiocontrol), del ciclismo, de los coches clásicos, etc.