Bernardo Velázquez y Carlos Ortega, CEO y presidente de Acerinox, respectivamente, se quitan un problema: la planta de Malasia / Foto: Pablo Moreno
Acerinox ha sido aplaudida por los inversores este jueves, pues la cotización sube más de un 2%, casi el doble que el Ibex 35. Así ha reaccionado el mercado al cierre de la venta de la planta de Bahru Stainless, en Malasia, a la compañía malaya Worldwide Stainless, por 95 millones de dólares (unos 90 millones de euros). Otra despedida relacionada con el continente asiático, años después de que la siderúrgica japonesa Nippon Steel dejara de estar en el accionariado de Acerinox.
La siderúrgica ha cerrado dicha venta, un movimiento que ya anunció hace meses. Ahora su CEO, Bernardo Velázquez, ha subrayado como una “decisión estratégica importante” y como “la opción que mejor defiende los intereses de empleados, clientes y comunidad”.
Recuerden que Acerinox tiene como primer accionista a Corporación Financiera Alba (el vehículo de inversión de la mamilia malorquina March), con un 18,958% del capital. Le sigue el empresario Daniel Bravo, con un 5%; la institución financiera The Industrial Development Corporation (IDC) -que depende del fondo soberano de Sudáfrica-, con un 3,041%; y la gestora de fondos Invesco, con un 1,147%. Corporación Financiera Alba se ha visto afectada en sus números del primer semestre por los de Acerinox, pues estos últimos se vieron lastrados en los últimos periodos por los problemas -huelga incluida- en su planta de Campo de Gibraltar.
En los resultados de los nueve primeros meses de la siderúrgica, los ingresos descendieron un 7%, mientras el resultado bruto de explotación (ebitda) y el beneficio neto se hundieron un 42% y un 53%, respectivamente. Eso sí, cabe referir que dicho ebitda se sustentó “por la fortaleza de nuestra filial americana, North American Stainless, y de la división de aleaciones de alto rendimiento”, como refirió en la información remitida a la CNMV. Precisamente, en esta filial americana y en la solidez de la división de aleaciones de alto rendimiento es donde Acerinox tiene puestos los ojos. Unas aleaciones de alto rendimiento que, por ahora, todavía suponen una pequeña parte del negocio de la siderúrgica (está por debajo del 20%), y que se utiliza en el sector espacial y otros sectores industriales que necesitan aleaciones resistentes al calor o a la corrosión.