La Bolsa de Madrid cerró con una bajada del 2,51%. Bajada pronunciada pero, sobre todo, no lineal. Ha sido un verdadero martes negro para valores como ACS (9,41), Sabadell (11,87%), Bankia (11,13%) o Telefónica (9,43%). También sufrieron valores líquidos como Ence, y otros bastante líquidos a pesar de tener dueño, como Mapfre.

Decíamos ayer que la CNMV había cometido un error al suprimir la limitaciones a las posiciones cortas, a los temidos especuladores bajistas. Pues bien, los peores temores se han hecho realidad, Y sí, la CNMV es culpable no sólo por la propia medida, adoptada en plena crisis por el coronavirus, sino porque la CNVM posee instrumentos legales para reconducir operaciones concretas y no lo ha hecho. Basta con contemplar el número acciones negociadas. Así, Telefónica cotiza una media diaria que no llega los 15 millones de acciones. En la recta final de la sesión ya había negociado más del triple. Bankia, que no suele alcanzar los 7 millones de euros se aproximaba a los 30 millones de títulos negociados.

La peor decisión en el peor momento… y sin que la CNMV reaccione frente a operaciones concretas. Que sí, que puede hacerlo

Pueden estar seguros de que a pesar de su monumental metedura de pata, el presidente de la CNMV; Sebastián Albella, no piensa dimitir. Incluso aspira a una segunda ‘legislatura’. Con un poco de suerte, conseguirá que la CNVM no sirva para nada, pero para entonces habrá vuelto a ejercer de abogado. Y no lo duden, de leyes entiende, de mercado ni papa.

Tras el martes negro, el presidente de la CNMV no sólo no dimite, sino que aspira a repetir una ‘legislatura’ más

Uno de los presidentes afectados calificó los hechos como “frustrantes”. Se quedó corto. Para él y para el conjunto del mercado, porque si algo ha dejado claro este martes negro es que los especuladores le han perdido el respeto, no sólo a la CNMV, sino, lo que resulta mucho más grave, al mercado madrileño.