BBVA publica sus resultados del trimestre de 2019 a las 17:38, minutos después del cierre de cotización del mercado, donde la acción se encuentra en una importante zona de resistencia, lo que le dificulta sacarle mayor partido que a su principal contrincante Santander, cuya acción, desde la hora de comer, no ha dejado de subir. Que no nos extrañe una primera rentabilidad negativa en BBVA en el intradiario, más aún cuando la acción finaliza en doble techo.

Más allá de los resultados, que abordaremos enseguida, la actualidad del banco pasa por el nombramiento de José Miguel Andrés Torrecillas como vicepresidente del banco. Un ascenso -hasta ahora era el consejero coordinador- que el CEO de la entidad, Onur Genç, ha intentado justificar durante la rueda de prensa del jueves: “Si se va de la comisión de auditoría y de la presidencia de las comisiones, quiero dejar muy claro que es por la ley y la regulación del banco, que establece que este cargo se debe cambiar cada cuatro años”, ha señalado.

Querido Onur: la cuestión no es lo que deja, sino el ascenso. Si por ley debe abandonar esas comisiones, las deja y punto. Pero, ¿por qué se nombra vicepresidente a alguien que ha sido el encargado de ‘vigilar’ al presidente desde 2016, y que fue presidente de EY, auditora de Sacyr, en 2004, cuando la constructora intentó hacerse con el banco?

América del Sur ha sido clave en resultados para sobrellevar los negativos en Estados Unidos (-85 millones€) y España (-59 millones€)

Vayamos a los números. Con un resultado de 1.164 millones de euros, un 9,8% menos que el periodo anterior, y un dividendo que pasa de 0,18€ a 0,16€, la entidad trata de mantener su valor en un negocio que ha experimentado un fuerte cambio en los últimos años. Destaca entre estas magnitudes el deterioro de activos financieros con un aumento del 24,4% interanual, que sube de 823 a 1.023 millones. Las provisiones, a su vez, casi duplican el porcentaje, pasando de 99 a 144 millones (+45,1%).

No obstante, desde navidades la capitalización bursátil parece haber tomado buen turrón, pues aumenta en 3.000 millones de euros a pesar de la bajada sufrida desde un año antes. Algo tiene que ver que la compañía puede presumir de un ROE y un ROTE de 9,9% y 11,9% respectivamente. Hablando del core business de la banca, el margen de intereses mejora a 2,65% (subida del 6,7%) y las comisiones netas en +1,3% interanual positivas para la entidad gracias a la diversificación. En total, la entidad sustrae de los ingresos más recurrentes un incremento del 5,5%. No son malas cifras si tenemos en cuenta la bajada que han experimentado los tipos de interés desde la pasada crisis y que, justamente, el principal juego de “comprar y vender dinero” de la banca no puede estar más embotellado.

Si hablamos de diversificación por zonas geográficas, América del Sur ha sido clave en resultados para sobrellevar los negativos en Estados Unidos (-85 millones€) y España (-59 millones€). Por el lado positivo destaca México con sus +627 millones€ (4,67%). 

El número de empleados sigue disminuyendo dada la nueva orientación que el negocio de la banca confecciona hacia la era digital

Por otro lado, parece que BBVA está haciendo limpieza dentro de casa, dado que la tasa de mora ha ido disminuyendo desde 4,4% hasta los 3,9%, aunque compañeros como Bankinter se encuentran en un 2,87%. Mismo progreso para la tasa de cobertura (74%), “despacito y con buena letra”, que supera máximos si echamos la vista atrás un año.

No es de extrañar que su número de empleados siga disminuyendo dada la nueva orientación que el negocio de la banca confecciona hacia la era digital y, por ello, la necesidad de reordenar activos. Así, el número de oficinas (-4,3%) es clave en cualquier entidad como capacidad de adaptación al nuevo entorno.

¿Podrá BBVA mantenerse como contrafuerte de la muralla bancaria repuntando en Bolsa como parece que hace algún compañero, o seguirán las Fintech asediando el negocio bancario a la espera de un inesperado y eficaz asalto digital?