Mal día ha elegido BBVA para presentar sus cuentas de 2018: el Ibex 35 ha perdido este viernes el nivel de los 9.000 con una caída del 1,1%. Claro que esta es una excusa típica del que presenta las cuentas, porque BBVA no deja de ser uno de los componentes del índice y, como tal, contribuye a su caída con un 1,3% en el valor de su título. El consuelo: el Santander cae más (-2,2%).

El caso es que su resultado de 2018 ha sido un 7% superior al de 2017 y ha alcanzado la cifra de 4.627 millones de euros.

Los márgenes han caído y eso no es una buena noticia. El primero, el de intereses, casi un 1%, pero el bruto, que nutre la capacidad de la entidad de hacer frente a sus gastos generales y, posteriormente, a su morosidad, el 6%, que es una proporción muy significativa. Las comisiones, como negocio recurrente al margen de intereses, parecen estancadas en todo el sector por mor de la competencia, y caen un 0,8%. Por otro lado, el resultado de operaciones financieras (ROF), con un mercado bajista en el precio de los títulos como consecuencia de las primeras subidas de tipos de interés, caen en un 38%. Este comportamiento de comisiones y ROF, nos explican por qué el margen bruto se ha deteriorado tanto. Todo ello, claro está, comparando 2018 con 2017.

Más capital es menos apalancamiento y menos rentabilidad

Los gastos generales se han reducido en un 4,3% y ello ha contribuido a la mejora de la eficiencia del grupo que, por fin, está por debajo del 50%, en concreto, en el 49,3%, desde el 50,2% del año 2017. En este sentido, parece que su estrategia de digitalización está dando mejores resultados que la del Santander.

Es la mejora de la morosidad, que ha reducido en un 17% las necesidades de coberturas, y de la conflictividad bancaria, aunque todavía sea muy acusada, con la reducción de las provisiones para hacer frente a las reclamaciones de clientes en un 53%, lo que ha permitido al banco presentar unos resultados mejores en 2018 que en 2017. Pero insistimos: con márgenes tan estrechos, el control de la morosidad, por muy estricto que sea, puede no ser suficiente ante un escenario económico adverso. No decimos que estemos ante ese escenario, sino que la capacidad de resistirlo puede ser muy baja. De ahí la insistencia de las Autoridades en incrementar las necesidades de capital pero, claro, más capital es menos apalancamiento y menos rentabilidad, y aunque el riesgo del accionista se reduce, la cotización se resiente. Y todo ello a pesar del incremento en la rentabilidad de los activos, que ha pasado del 0,68% al 0,91%, y de la de los recursos de los accionistas, que ha pasado del 7,4% al 11,6%, durante 2018.

Mejora la calidad de los activos: el ratio de mora está en el 3,9% frente el 4,6% del año anterior y el de cobertura de los dudosos ha pasado al 73% desde el 65%

La solvencia medida a partir del coeficiente habitual (CET 1 fully loaded) ha mejorado desde el 11,08% al 11,34%. Siempre decimos que aquí cada punto básico (0,01%) cuesta un imperio, pero se nos antoja un crecimiento escaso en comparación con el de sus competidores. Fíjense en lo que publicamos en su momento de Santander y Bankinter.

Sobre el otro foco de interés de las autoridades, la liquidez, no hemos encontrado información que nos permita hablar del tema. Tema que desde la resolución del Banco Popular es muy relevante.

La calidad de los activos ha mejorado sensiblemente: el ratio de mora está en el 3,9% al cierre de 2018 frente el 4,6% del año anterior y, lo que es más relevante, el de cobertura de los dudosos ha pasado al 73% desde el 65%. En este sentido, parece que, también, presenta activos de mejor calidad que el Santander.

Por áreas geográficas, todos los territorios reflejan peores resultados que en el año anterior, salvo España (+63%), Estados Unidos (+51%) y México (+9%). Luego está esa área de negocio, necesariamente negativa tal y como la ha definido BBVA, que este año ha sido más negativa (+23%) y que se llama Centro Corporativo. Comprendemos el problema de imputación territorial de ingresos y gastos de determinadas actividades globales del grupo, pero el Centro Corporativo comienza a recoger tantos gastos de esas actividades que no sabemos bien si confiar en los resultados por áreas geográficas. ¿De verdad España ha subido un 63%?