Este jueves, se celebran las primarias del PP para elegir a los dos candidatos que se disputarán ser el sustituto de Mariano Rajoy en la Presidencia del partido y, se supone, que en la candidatura a La Moncloa. Es la primera vez que no se elige a “dedazo”, pero el proceso no tiene todas las garantías sino que está bajo sospecha: algunos apuntan a que se puede dar un pucherazo pro-Soraya y anti-Casado.

A pesar de que José María Aznar y Mariano Rajoy no van a votar, no han estado al margen del proceso. El primero ha señalado que las dos precandidatas (Mª Dolores de Cospedal y Soraya Sáenz de Santamaría) sí “estuvieron en” su “Gobierno, el único que no estuvo es Casado”; palabras por las que Cospedal ha sugerido que el expresidente (y ahora muy cercano a Albert Rivera) apoya a Pablo Casado. Mientras, Rajoy ha optado por ponerse del lado de su número dos, aunque tuviera un estrepitoso fracaso en Cataluña… al parecer, estas son las primarias de los dosieres… y ha ordenado a los andaluces Javier Arenas y Juan Manuel Moreno (presidente del PP andaluz, que en su día tuvo el apoyo de Soraya para hacerse con dicho cargo) que gane la exvicepresidenta.

Es más, algunos apuntan a una guerra de dosieres e incluso hablan de chantaje en esta ruidosa campaña por ser el nuevo líder o lideresa del PP. Y todo ello, por mucho que la ministra de Defensa socialista, Margarita Robles, haya negado que el CNI tenga dosieres sobre personas… aunque conviene recordar que su primera decisión fue que los espías volvieran a depender de Defensa y no de Presidencia, durante la etapa Rajoy. Hasta ahora, el CNI dependía de... Soraya Sáenz de Santamaría.

Cospedal, Soraya y Casado son los que tienen más opciones de pasar a la segunda vuelta, aunque se ha llegado a plantear que si la diferencia fuera de más de 3.500 votos no se hiciera

Cospedal, Soraya y Casado son los que tienen más opciones de pasar a la segunda vuelta, aunque se ha llegado a plantear que si la diferencia fuera de más de 3.500 votos no se hiciera. Esto sería muy antidemocrático porque no podemos olvidar que en la primera ronda votan los afiliados (aunque sean pocos -sólo 66.706, un 7,6%, se inscribieron para hacerlo y a lo mejor no votan todos ellos), que también eligen a 2.612 compromisarios, y en la segunda, los compromisarios (en total, 3.184; en Andalucía es dónde más hay). Además, también se ha hablado de crear una lista unitaria para liderar el PP, aunque resulta difícil imaginar que se puedan integrar en ella Soraya y Cospedal sin problemas.

Conviene recordar que el aparato del partido no está del lado de Soraya, que sí tiene el apoyo incondicional de sus excompañeros de Gobierno y se ha centrado en poner como enemigo a Pedro Sánchez. De ahí la necesidad de que el expresidente Rajoy ponga ese aparato a su servicio. Por ejemplo, con el obediente Javier Arenas.  Al mismo tiempo, ha surgido una conspiración contra Casado (recuerden el lío del máster), a quien Esperanza Aguirre aupó a la política. Por su parte, Cospedal ha vendido su experiencia y sacrificio por el partido (a pesar de lo mucho que se la ha atacado en los últimos años por los líos de su marido, Ignacio López del Hierro). Y no olviden que en estas primarias bajo sospecha participan otros tres hombres: José Manuel García-Margallo, y los que se autodefinen como los candidatos de las bases, José Ramón García Hernández -provida que quiere volver a los principios cristianos que en su día inspiraron al PP- y Elio Cabanes. Todo ello en una campaña sin debates, con algunas pullas y críticas, con más alusiones que ideas... y puede que más de un dosier de por medio. 

Unidad, unidad...