Parece que son malos tiempos para el sector del alquiler de coches. Recientemente, Hertz, líder en España y una de las más importantes del mundo, se ha declarado en bancarrota en Norteamérica (EEUU y Canadá), y además, se han derrumbado (-90%) los ingresos del sector en nuestro país.

Hertz tuvo unas pérdidas de 329 millones de euros en el primer trimestre, casi el doble que hace un año (-135 millones), y acumula una elevadísima deuda (unos 19.000 millones). Ante esta situación había tomado medidas, como poner a la venta parte de su flota y despedir a 10.000 empleados, además, ha habido cambios en su cúpula: Paul Stone ha relevado a Kathryn Marinello como CEO. Todo esto no ha sido suficiente y ha acabado declarándose en bancarrota en Norteamérica, aunque no afectará, por ahora, a su situación en Europa, Australia, Nueva Zelanda y las franquicias.

Hertz, en pérdidas y con una elevada deuda, ha puesto a la venta la flota y ha despedido a 10.000 empleados, pero no ha sido suficiente para evitar la bancarrota 

En nuestro país, el alquiler de coches ha sufrido un desplome de ingresos superior al 90% por el coronavirus, según José Luis Sanz, director corporativo de Aneval, ha reconocido en una entrevista en Cinco Días. Y es más, esta asociación que agrupa a las cinco grandes del sector rent a car en nuestro país (Avis -líder mundial-, Enterprise, Europcar, Hertz y Six) prevé que la cifra de negocios caiga en torno a un 80% este año y que en 2021 aún no se alcancen las cifras precrisis.

El futuro del sector dependen, en gran medida, del turismo… y dados los mensajes contradictorios del Gobierno (que incluso han criticado desde el Gobierno francés), la situación preocupa en un negocio que genera miles de empleos (más de 25.500 sólo las cinco miembros de Aneval). La pandemia del coronavirus y sus consecuencias se han sumado a un contexto que ya era algo delicado por la elevada competencia (plataformas de car sharing, VTC, taxi…).