• La eléctrica es la gran carbonera y eso supone grandes inversiones para contaminar menos.
  • También mantiene un pulso con Nadal, como Iberdrola, por el cierre de las plantas de Compostilla y Andorra.
  • Es la dueña de la central de Ascó y participa en el resto, salvo Cofrentes, cuando la nuclear sufre el mal de ojo (parlamentario).
  • Cataluña, ahora inestable, es su nicho, gracias a Fecsa e Hidruña, no así otras plazas fuertes como Madrid o País Vasco.
La eléctrica Endesa, que preside Borja Prado (en la imagen), tiene tres problemas en el horizonte: su actividad en dos fuentes de energía cuestionadas o con un futuro en penumbra, el carbón y la nuclear, y su fuerte presencia en Cataluña. Es cierto que el pulso con el ministro de Energía, Álvaro Nadal, por el cierre de plantas es más enconado con Iberdrola que con Endesa, pero no quiere decir que no exista con la eléctrica, controlada en un 70% por la italiana Enel. Es más, la mayoría de Enel es un motivo de discordia, sobre todo por las inversiones, y se puso de manifiesto con el anuncio de cierre de las plantas de carbón de Compostilla (León) y Andorra (Teruel), del mismo, aunque no implican lo mismo, que con el anuncio de Iberdrola del cierre de Lada (Asturias) y Velilla (Palencia). A las dos eléctricas le ha lanzado el mismo mensaje Nadal, que sigue adelante con su decreto ley para evitar los cierres sin otra explicación que la decisión empresarial. Insiste, como ha reiterado en sede parlamentaria, en que puede haber otros motivos, menos confesables, por los que las eléctricas buscan un beneficio, manteniendo unas centrales y cerrando otras, por la vía del aumento de precios. Sus argumentos son claros: la política energética la decide el Gobierno, no las empresas, y no es posible cerrar el carbón y la nuclear a la vez, las dos en tela de juicio por distintas razones, en el caso del carbón y de seguridad, en el caso de la nuclear. Dicho de otro modo, la alternativa para evitarlo pasa por las inversiones, lo que da en los morros a las dos grandes, pero especialmente a Endesa con las térmicas. Es, de hecho, la principal carbonera, con una cartera de generación de 8.300 megavatios (MW), lo que exige grandes sumas para evitar la emisión de gases contaminantes. En el caso de Compostilla y Andorra, Endesa tiene claro que no compensan para el beneficio que va a obtener -el pulso con Nadal sigue-, pero un prólogo de lo que le puede ocurrir con el resto. Según el plan estratégico, Endesa invertirá 300 millones en los próximos dos años "para adaptar el carbón a las mejores prácticas medioambientales". Ahora bien, el problema no es menor en el caso de las centrales nucleares, de energía limpia, pero sometidas a otro cerco, el de la seguridad, por la presión de una de mayoría parlamentaria antinuclear. Endesa es dueña de la central de Ascó y mantiene una participación en el resto, salvo Cofrentes y Trillo (sólo un 2% a través de Nuclenor), junto a Iberdrola y Gas Natural Fenosa. Endesa, menos díscola que Iberdrola respecto al futuro de la nuclear, tiene prevista una inversión de 400 millones hasta 2010, también según el plan energético. El tercer problema de Endesa es geográfico, debido a su presencia muy fuerte en Cataluña (como en Baleares, Aragón, Valencia, Andalucía o Galicia), pero menor en otras plazas fuertes como Madrid o el País Vasco, en las que Iberdrola tiene más peso. Eso le añade un problema adicional, en estos momentos. Por ejemplo, lo han advertido los analistas de Credit Suisse, que temen un efecto en la cotización por la inestabilidad en esa región tras las elecciones catalanas del 21-D. Las tres grandes eléctricas, Endesa, Iberdrola y Gas Natural Fenosa (GNF), se reparten un 96% del mercado eléctrico regulado, con 29 millones de clientes, según los según los últimos datos de la CNMC. Ahora bien, mientras Endesa es líder en la franja de la tarifa regulada, que agrupa 12,2 millones de clientes, Iberdrola domina el mercado libre, con 16,8 millones del mercado libre. En reparto de cuota, en concreto, corresponden a Endesa el 46,4% de los clientes de PVPC, frente a Iberdrola (20,9%) y GNF, (19%). En el mercado libre, la cuota de Iberdrola es del 38,2%, frente al 30,7% de Endesa y el 13,5 de GNF. El resto, entre ellos EDP y Viesgo, tiene el otro 17,6%. En efecto, el sueño de Endesa hubiera sido estar por igual en clientes en otras zonas de España, sobre todo en el País Vasco y más en Madrid, pero le han ganado la partida, del mismo modo que Endesa supera a Iberdrola en Cataluña. En esa región Endesa se hizo fuerte gracias a la absorción de Fecsa e Hidruña, del mismo modo que en Andalucía por Sevillana de Electricidad. Rafael Esparza