Greta Thunberg es la candidata favorita para el Premio Nobel de la Paz, según las casas de apuestas, a escasos tres días de que la Academia Sueca desvele el nombre del ganador. Un galardón de ‘notable prestigio’ mundial que hace diez años recibió Barack Obama, cuando sólo llevaba unos meses al frente de la Casa Blanca,… A este paso, en 2020, podría llevárselo hasta el líder del grupo terrorista yihadista Estado Islámico, Abu Bakr al Bagdadi, que el pasado septiembre se dirigió en vídeo a sus seguidores tras casi cinco meses sin aparecer.  

La adolescente sueca famosa por sus pellas climáticas aventaja en las quinielas al mismísimo Papa Francisco y a la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), en pleno auge del calentamiento global -y también mental- que se vive. Tal y como está el mundo, podría darse el disparate de resultar ganadora dado su éxito en la Cumbre Mundial por el Clima celebrada en Nueva York, la obtención del Right Livelihood (el conocido como ‘Nobel Alternativo’) o haber sido portada de la revista Time, y más cuando ya no sólo lucha por el planeta, sino que defiende a la tribu Sioux.

No todo es tan inocente en las pellas y huelgas climáticas que impulsa Greta: tiene detrás a empresas energéticas con intereses en renovables

Pero no es lo único que Greta Thunberg tiene a su favor: la última vez que la Academia Sueca otorgó el Nobel de la Paz a alguien por su labor a favor del medio ambiente fue en 2007, cuando se lo llevó Al Gore. Fue nominada por tres parlamentarios noruegos, entre ellos Freddy André Ovstergard, quien defendió su acción “porque si no hacemos nada para detener el cambio climático será la causa de guerras, conflictos y refugiados. Greta Thunberg ha lanzado un movimiento de masas que veo como una importante contribución a la paz”. Y de ser premiada, a sus 16 años, sería la ganadora más joven, pues la activista Malala Yousafzai lo ganó en 2014 cuando tenía 17 años.

Claro que no todo es desinteresado: el Premio Nobel de la Paz no sólo supone prestigio e impacto mediático, también un cheque de 930.000 dólares. Asimismo, conviene destacar que con Greta Thunberg no es oro todo lo que reluce, porque tiene detrás a empresas energéticas con intereses en renovables. Además, afortunadamente, no todos aplauden a esta adolescente sueca, entre ellos: el presidente de EEUU, Donald Trump, que ya se ha quejado de que aún no ha recibido el Nobel de la Paz pese a que lleva más de dos meses en el cargo; el presidente ruso, Vladimir Putin, la acuso de estar mal informada y consideró “incorrecta la utilización de niños y adolescentes para apoyar causas”; o los agricultores holandeses.