Es paradójico o, tal vez, no tanto. Según múltiples organizaciones, la inversión publicitaria, incluida la destinada a los medios de comunicación, cayó entre el 15 y el 20% durante 2020, los ingresos de Google durante ese año aumentaron un 12,8% hasta alcanzar los 182.527 millones de dólares (152.249 millones de euros). Y el 90% de los ingresos del gigante de internet provienen de la publicidad.

En otras palabras, el negocio principal de Google es la publicidad, esa misma que los medios de comunicación han echado de menos durante el año de la pandemia y durante los años anteriores. Al final, el beneficio de la multinacional norteamericana ascendió hasta los 40.269 millones de dólares (33.589 millones de euros), batiendo incluso las previsiones de los analistas. Algo pasa y no es bueno.

Efectivamente, Google ha pasado de parásito de la prensa -su servicio de Noticias consiste en replicar las informaciones de los medios a precio cero- a robarle la publicidad -las cifras están ahí- y ahora, además, a censor a través de su nuevo algoritmo -recuerden: el algoritmo no cambia, es cambiado- y su ‘alianza’ con Facebook -estos, a su vez, con los verificadores- y que consiste en relegar a la página 20 aquellas informaciones que cuestionen el pensamiento único (aborto, ideología de género, cambio climático) o la versión oficial del Covid.

Google se ha pasado tres pueblos y ha conseguido cabrear, incluso, a los progres que comulgan con sus ideas. Por ejemplo, el Gobierno australiano, que planea una ley que obligue al buscador a pagar por las noticias que reproduce. Google, lejos de acceder, amenazó con cortar el índice de búsquedas en el país, justo lo contrario de lo que hizo en China cuando el Gobierno comunista le obligó a cumplir sus condiciones y Google accedió a hacerlo. Débil con el fuerte y fuerte con el débil.

Visto lo visto no es extraño que la compañía que dirige Sundar Pichai y en España, Fuencisla Clemares, se vaya a enfrentar ahora a múltiples demandas por monopolio y abuso de posición dominante en EE.UU. y en Europa. Es el reto más importante al que se enfrenta el buscador en los próximos meses. De momento, si lo desean, pueden ir buscando alternativas como Duck Duck Go, Qwant, Sear X o Good Gopher.