Se ha conocido el fallecimiento de Jack Welch, el último gran ingeniero que encumbró a General Electric. Nació en Massachusetts (EEUU), estudió ingeniería química y llegó a la compañía en 1960, donde fue ascendiendo hasta ser su máximo dirigente en 1985, un cargo que ocuparía hasta septiembre de 2001, cuando se jubiló.

Welch transformó la firma de electrodomésticos y bombillas en una multinacional con presencia en múltiples sectores (industria manufacturera, medios de comunicación, finanzas, salud, aeronáutico). Una apuesta con la que la compañía fundada en 1892 por Thomas Edison duplicó suvalor bursátil, pasando de 12.000 millones de dólares (unos 10.755 millones de euros al cambio actual) a más de 410.000 (367.480). Situación bien distinta a la que hoy tiene General Electric, que ha tenido pérdidas millonarias en 2019 y tiene una capitalización bursátil inferior de unos 86.000 millones de euros.

Hizo grande a General Electric con un duro estilo de dirección y tampoco le tembló la mano a la hora de hacer despidos: llegó a los 120.000 

El gran ingeniero se hizo famoso también por su duro estilo de dirección, por el que llegaron a apodar ‘Neutron Jack’ (aludiendo al arma nuclear que mata a las personas, pero deja casi intactas las infraestructuras). Welch llegó a destruir 120.000 empleos y su lema con las empresas que adquiría era: “arréglalas, véndelas o ciérralas”. 

Welch tampoco fue ajeno a la polémica. A nivel profesional, destaca su plan de jubilación, que alcanzó los 8 millones de dólares (unos 7,16 millones de euros), y se vio obligado a renunciar a algunos extras -el disfrute de un apartamento en Manhattan y un avión-. Y en su vida personal, dio titulares por sus tres matrimonios: se separó de su primera esposa tras más de 25 años y cuatro hijos; de la segunda le costó más de 180 millones de dólares (unos 161 millones de euros) y se produjo por una relación extramatrimonial con la periodista Suzy Wetlaufer, con la que más tarde se casó.