Cepsa ha perdido 841 millones de euros en el primer semestre por las mayores provisiones debido a la doble crisis del Covid-19 y de los bajos precios del petróleo, que le ha supuesto un impacto de 795 millones. Pero ojo, porque a pesar de los números rojos, una situación muy distinta a la de hace un año (cuando ganó 273 millones), lo peor lo pasó entre enero y marzo (-556 millones), una excepción dentro de las cuentas empresariales que estamos conociendo estos días.

La compañía propiedad de Mubadala (fondo soberano de Abu Dabi) y del fondo estadounidense Carlyle -dueños del 61,5% y del 38,5%, respectivamente- ha presentado un Ebitda de 633 millones, un 37% inferior. ¿El motivo? Los descensos en todos los negocios, excepto en el de química (+32%, a 165 millones): el de exploración y producción (upstream) ha sido de 224 millones (-53%); el de refino, de 84 millones (-57%); y el de Corporación, de -19 millones (-27%).

Implementará programas de ahorro de gastos y reducción de inversiones para ahorrarse 500 millones 

El flujo de caja de Cepsa se ha reducido casi la mitad (-46%), hasta 439 millones, pese a la generación de caja en las cuatro líneas de negocio. Por su parte, la liquidez ha sido reforzada y ha ascendido a 4.524 millones y la deuda neta se ha situado en 3.131 millones.

El CEO de Cepsa, Philippe Boisseau, ha señalado que el modelo de negocio integrado “ha demostrado ser altamente resiliente en estas complejas circunstancias, nos ha proporcionado flexibilidad para implementar programas de ahorro de gastos y reducción de inversiones”. Así, prevé lograr un ahorro de 500 millones (120 millones en costes y 380 millones en inversiones) y espera que les “permitirá adaptarnos a un panorama de mercado en constante cambio”. Y para ello, desde el 1 de junio, tiene una nueva organización, tras llenarse de profesionales del ‘viejo petróleo’, “para afrontar los desafíos de la transición energética, impulsar su crecimiento internacional y expandir sus negocios, así como desarrollar otros nuevos”.