La actual ministra de Justicia, Dolores Delgado, reveló en la comida con el comisario José Villarejo y otros mandos policiales (el 23 de octubre de 2009) que en un viaje de trabajo de varios días a Cartagena de Indias (Colombia) vio como “una serie de jueces y fiscales españoles terminaron con menores de edad”, informa Moncloa.com.

Este relato lo inicia Baltasar Garzón en la sobremesa del ágape cuando comenta, de forma distendida, una anécdota que le ocurrió en esa ciudad colombiana, donde había estado dos veces consecutivas en un intervalo de cinco meses.

En ambas ocasiones acabó comprando camisetas en la zona de la antigua aduana y la última vez, tras encontrarse con unos ciudadanos chilenos que le felicitaron por su cruzada judicial contra el dictador Augusto Pinochet, uno de los comerciantes le reconoció: “Hombre, otra vez por aquí, señor Garzón”.

Estamos hablando de un delito grave entre quienes deberían dar ejemplo de honradez... y, este caso, también de honestidad

A continuación, uno de los comisarios saca a colación que un tal “Juan Antonio” (quizás Juan Antonio González alias ‘JAG’, jefe de la Comisaría General de Policía Judicial en aquel 2009) “lo cuenta todo” y menciona la utilización de un “putiferio” para sonsacar información a determinadas personas.

El magistrado Baltasar Garzón se muestra sorprendido por este hecho y, de improviso, lleva la conversación a un asunto turbio que Delgado vivió en persona. “Creo que hay unos jueces y unas juezas, que os va a contar aquí la…”, dice el exmagistrado en el audio. Todos los presentes callan y la entonces fiscal de la Audiencia Nacional empieza a narrar su historia:

Delgado: “Tenemos un viaje a Cartagena de Indias y vamos una magistrada de la Audiencia Nacional…”.

Comisario: “¿Hicisteis algo?”

Delgado: “No… calla, calla. De chicas iba la magistrada esa y yo. Luego íbamos con una serie de gente del Supremo, de no sé qué y de tal… de la Fiscalía General, catedráticos, pitos y flautas”.

Delgado: ¡Menores de edad! Se levantaron a toda pastilla cuando nos vieron, empezaron con el agobio de que nos habían visto

La entonces fiscal prosigue el relato contando a Villarejo y al resto de mandos policiales que los miembros de la delegación judicial española les hicieron el vacío a ella y a la magistrada de la Audiencia Nacional:

Delgado: “Y estos tíos, ‘missing’ en combate. Y vamos nosotras dos, disolutas, y me decía esta vámonos a comprar esmeraldas y bueno, si tu quieres, vamos y tal y cual. Intentamos quedar con ellos y nos decían que no. Nos vamos a cenar, ella y yo solas, palabra de honor, y nos vamos a tomar mojitos allí a un sitio que nos dicen que vayamos. Y nos vamos allí las dos. Estamos ‘sentadicas’ las dos solas y cuál es nuestra sorpresa cuando vemos al grupo de tíos del Supremo, de la Fiscalía General…”

Comisario: “Con 17 años, eh…”

Delgado: “¡Menores de edad! Se levantaron a toda pastilla cuando nos vieron, empezaron con el agobio de que nos habían visto”.

Comisario: “Nosotros, lo primero que preguntamos es si votan. Y si votan…tras”

Delgado: “Y las explicaciones: camareras del hotel que nos han dado pena y han venido y no sé qué”.

Todo lo cual muestra el lamentable estado en el que se encuentran las cloacas y no cloacas del Estado, valga la redundancia. 

Y otra cosa más: la fiscal general del Estado, María José Segarra, seguramente ya estará investigando los nombres de esos jueces del Supremo o de esos mimebros de la institución que ahora mismo lídra, porque estamos hablando de un delito grave entre quienes deberían dar ejemplo de honradez... y, este caso, también de honestidad. ¿O no?