Al margen del proceso judicial y de la investigación interna del banco (sí, no se rían), Francisco González (FG) aún tiene que pasar un último examen: la aprobación, o no, de su gestión durante 2018. Es el punto primero del orden del día de la Junta que celebrará la entidad el 13 de marzo. “Aprobación de las cuentas anuales y los informes de gestión de Banco Bilbao Vizcaya Argentaria, S.A. y de su grupo consolidado correspondiente al ejercicio cerrado al 31 de diciembre de 2018”, señala la convocatoria.

En circunstancias normales, la aprobación de todos los puntos del orden del día -excepto el de las remuneraciones de los consejeros- suelen salir adelante con casi el cien por cien de los votos. Pero no estamos en esa situación y Carlos Torres lo sabe. Por eso, el presidente del BBVA ha movilizado a la red para recabar el máximo número de votos de accionistas minoritarios, muchos de los cuales también son clientes del banco.

Junto al voto de los minoritarios, Torres necesita convencer a los proxis para que den el visto bueno al último año de FG

Torres afronta una Junta muy difícil, sobre todo después de ligar su futuro al del presidente de honor. “Yo creo a Francisco González”, aseguró el uno de febrero, durante la presentación de resultados. No sólo eso, el máximo responsable del banco está haciendo lo posible para dilatar al máximo la investigación interna iniciada en verano de 2018 e intensificada en enero de este año, tras el estallido del escándalo de las presuntas escuchas ilegales realizadas por el ex comisario José Manuel Villarejo, contratado por el banco que entonces presidía FG.

Junto al voto de los minoritarios, Torres necesita convencer a los proxis -representantes de los fondos- para que den el visto bueno al último año de FG. Un castigo por su parte dejaría en una posición muy débil a Torres, no solo de cara al futuro judicial del caso, sino a ojos del BCE y del Banco de España. En definitiva, tiene que evitar como sea que la Junta de Accionistas se convierta en un voto de castigo a FG.

Garanti: lo que antes valía 7.026 millones, ahora tiene un valor en libros de 5.509, un 21% menos

Ahora bien, Villarejo no es el único quebradero de cabeza del presidente, aunque sí el más importante. Garanti, la apuesta turca del BBVA que él avaló de forma especial, sigue dando disgustos. El banco ha reconocido en su informe anual un deterioro de 1.500 millones de euros en su inversión en la entidad turca, de la que posee el 49,85% del capital. Lo que antes valía 7.026 millones, ahora tiene un valor en libros de 5.509, un 21% menos.

“En el cierre de 2018, BBVA ha estimado que existe un deterioro en la participación en Garanti. Dicha estimación ha supuesto un impacto negativo neto en el beneficio individual del banco de 1.517millones. El patrimonio neto se ve reducido en el mismo importe, con un impacto en solvencia de 10 puntos básico”, asegura el informe.