Sr. Director:

“Habemus  Gobierno”. El presidente, no electo, Sánchez, ha presentado su gobierno, el cual ha prometido y después, tomado posesión de sus cargos. Es la primera vez que en España, en toda su historia y no sé si en el mundo, un gobierno es matriarcal, dado que son 11 de sus miembras, mujeres y seis de sus miembros, hombres, además del no electo, que lo preside

Y para dejarlo claro, al prometer las condiciones en las que ejercerán su cargo en el Consejo de Ministros, las mujeres que lo componen lo han hecho cómo “ministras y ministros”. Es decir introduciendo el término, ministras -que lo son- saltándose el protocolo, la Constitución, y la denominación neutra que le da la RAE, al Consejo que componen los miembros del mismo. Todo ello como si fuera la primera vez que en ese órgano de Gobierno hubiera habido componentes femeninas. ¡Perdón es que ahora son feministas!

Además prácticamente, ni saludaron al Rey, al pasar o al retirarse para prometer su cargo. Solo una mirada de soslayo, la cabeza bien alta y fuesen. Hubo, como suele suceder siempre, alguna excepción de alguno de los hombres.

En la primera comparecencia de la ministra portavoz, que lo es de Educación (a este ministerio lo han dejado reducido a lo mínimo), hizo dos cosas que dan idea de lo que va a ser este Gobierno:

  1. Rebajar la categoría del Consejo para el que ha sido llamada, que es el de Ministros del Reino de España; y le llamó igual que si fuera un Gobierno de una autonomía: Consejo de Gobierno. ¡Claro, como ella perteneció a uno como Consejera y no sabía si era de Ministras o Ministros! Pues tiro por la calle de en medio. La izquierda, siempre iguala por abajo, no sabe ni sabrá nunca, elevar hacia arriba. Ni en la economía, ni en la educación, ni en el respeto que se debe a la “solemnidad”.
  2. Dijo que todas las lenguas nos acercarían, y que todas son lenguas de España. Vera señora ministra, ese fue el mayor error que se cometió al redactar nuestra Constitución del 78, y el argumento al que se accedió con enorme generosidad, luego correspondido con una gran deslealtad. Por ello en vez de poner que el español es el idioma oficial de España, se puso castellano y se les concedió a las otras lenguas la cooficialidad, en las regiones donde se hablasen. ¿Sabe usted que significa cooficialidad? ¡Pues póngase a la tarea de que se cumpla!

Lengua de España es la que hablan todos los españoles sin excepción. Que es el español. Las demás, que tienen todo mi respeto, más no admiración, por cómo se han comportado los gobernantes de algunas autonomías, son lenguas regionales. Y se ha demostrado que no unen, sino que separan. Y creo que debía usted leerse la Biblia.

Ha habido otras declaraciones muy interesantes, pero dejaremos como muestra otra, y es aquella que hizo la nueva Vicepresidenta, diciendo que iba a ser “implacable” en el ejercicio de sus funciones. ¡Así veremos cómo se dialoga! O la de que no han venido a aprender. ¡Viva la tan cacareada humildad!

Sobre el tema de la solemnidad, fue el mejor consejo que dio Churchill, primer ministro de Inglaterra, a su soberana: majestad, no olvide nunca la solemnidad.

Lo dicho: Habemus Gobierno Matriarcal, con su presidente no electo.