Teresa se da cuenta de cosas que "no están” y de los daños preocupantes como humedades en dos paredes de los dormitorios
Partiendo de la base que para la izquierda la okupación es un invento de la derecha, y que si hay algún caso de okupación aislado es siempre en viviendas pertenecientes a bancos o grandes tenedores como Ana Rosa Quintana, llama la atención el caso que cuenta El Correo de Burgos. Hablamos de Teresa, limpiadora, que ha conseguido recuperar su casa tras 17 meses con okupas.
“Aquí no es la historia de una familia vulnerable que se mete en una casa propiedad de un banco o un fondo buitre de esos, esta es la casa que con muchísimo esfuerzo pagamos mi marido y yo. No somos ricos ni mucho menos. Yo trabajo de limpiadora en el hospital y para mí esto ha sido una auténtica desgracia en todos los sentidos”.
Su problema empezó cuando decidió alquilar la casa familiar: “Conocí a la mujer por Facebook, quedamos para que viera el piso y luego firmamos el contrato en el bar, ya no subí más. Al principio todo iba bien pero cuando mi hija se quiso independizar con su pareja les llamé para avisarles con tiempo de que necesitaba la casa, y ahí fue cuando me soltó la ‘bomba’. Me dijo: ‘He pensado que no me voy a ir del piso. No voy a encontrar nada ni mejor ni más barato así que no me voy’”.
Teresa denunció inmediatamente, pero la espera se ha dilatado, confiesa que no sabe qué ha pasado en su casa este año y medio: “Al principio se supone que eran dos pero luego me han dicho los vecinos que eran cinco. Yo no me podía acercar porque mi abogada me recomendó que no lo hiciera por si me denunciaban por acoso. Es como el mundo al revés”.
Afirma que sabe que el cabeza de familia trabaja de repartidor: “Me he hartado de decírselo al CEAS, no eran vulnerables, pero la burocracia va mucho más lenta”, “sí tenía trabajo y vivía en su casa gratis”, pero Teresa se quedó sin trabajo: “Yo he tenido que ajustar todo para no dejar de pagar la hipoteca porque a diferencia de los okupas, aquí en la vida normal si no pagas te quitan la casa”.
Tras conseguir recuperar las llaves, llegó un momento temido por todos los propietarios que han sufrido okupación: ver cómo está la casa, en qué condiciones ha quedado. “La verdad es que estoy muy, muy nerviosa. Han sido meses muy duros en los que casi no podía pensar en otra cosa y no sé lo que me voy a encontrar”.
💥Víctima de okupas en Aranda, recupera su casa tras dos años y medio @correodeburgos #STOPokupas pic.twitter.com/yXgXPlQLzc
— Jali #STOPokupas (@jaliroller) June 3, 2024
Al poco tiempo de entrar en la vivienda, Teresa se da cuenta de cosas que "no están” y de los daños preocupantes como humedades en dos paredes de los dormitorios y en una esquina del salón. En la cocina por ejemplo no hay microondas y una silla del escritorio está completamente rota. También se percata de que las paredes están pintadas con rotulador: “¿Qué necesidad?”.
Teresa cree que sus okupas se han ido porque tenían que hacer frente a una obra en la vivienda, la comunidad avisó a la propietaria de que los okupas habían llamado por un colapso en el baño que les impedía usarlo: “Como la comunidad les dijo que tenían que llamar ellos yo creo que por eso se han ido antes".
Asimismo, aclara que el tribunal ha obligado a los okupas a pagar al menos los últimos tres meses de alquiler: “Algo es algo pero no hay derecho. Al final ahora entrarán supongo en otra”.“Me he imaginado este día muchísimas veces. No es solo recuperar una cosa que es tuya, algo material, esta historia me ha quitado vida, me ha quitado alegría”.
Teresa confiesa que no alquilará la casa de nuevo: “La vamos a arreglar para mi hija, porque aunque tras la ocupación ella se alquiló un piso, las cuentas tampoco le daban y tuvo que volver a casa con nosotros”. Tras cuatro meses sin empleo y sin cobrar el paro, le han llamado del hospital donde trabajaba.