El conjunto monumental del Valle de los Caídos, que integra, entre otros, la Cruz, la Abadía benedictina, la Basílica de la Santa Cruz del Valle o la Hospedería, ha sido foco de las más diversas mentiras y patrañas históricas.

Desde Hispanidad lo hemos denunciado, Sánchez está obsesionado con derribar la cruz, "esa horrible cruz", como dijo la socialista Carmen Calvo. El problema es que la destrucción de la Cruz se les está complicando un poco: hablamos de la cruz más grande del mundo, a ver quién se atreve a poner dinamita o a cortarle los brazos...

El plan también pasa por la expulsión de la comunidad benedictina a cuyo frente está el prior Santiago Cantera, aunque ahí siguen resistiendo estoicamente, pese a no haber recibido ni un euro, de los que les corresponde, para la conservación de la Abadía. Sánchez ya echó mano de los restos de Franco y los hizo volar en helicóptero, por eso será recordado nuestro Presidente en la historia, por lo que no puede volver a utilizarlo. Así que don Pedro necesita algo más de cara a mejorar su popularidad, bastante dañada, de cara al año electoral. 

Por lo que las exhumaciones pasan a estar en el punto de mira del Gobierno. Como recogió Hispanidad, estaban paralizadas. Pero la cosa podría cambiar, y es que el Tribunal Supremo ha rechazado el recurso presentado por la Asociación por la Reconciliación y la Verdad Histórica. 

Según la providencia de la Sala Contencioso-Administrativo, los magistrados inadmiten el recurso de casación interpuesto contra la sentencia, de 20 de junio de 2022, del Tribunal Superior de Justicia de Madrid y levanta las medidas cautelares que impedían las obras necesarias para extraer los restos al entender que el alcance de la intervención objeto de la licencia no conllevaría "una transformación urbanística irreversible de las criptas". Inadmite ahora a trámite el recurso al entender que no se cumplen los estrictos requisitos para que el asunto sea abordado en el Supremo.

Si bien la Asociación que presentó el recurso prepara un recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional, "pues hay múltiples derechos fundamentales afectados". "Es decir, que el camino judicial está muy lejos de despejarse todavía".

Parece que la decisión está ahora en manos de Patrimonio, pero claro, aquí se está olvidando algo fundamental, son 258 familias las que han mostrado su oposición a que se toquen los restos de sus allegados según la Asociación para la Defensa del Valle de los Caídos. 

Para entendernos, en el Valle de los Caídos están enterradas unas 34.000 personas, de las que 12.510 no están identificadas, es decir, no se sabe si están allí o no. Esto es importante, porque de las 60 familias que han solicitado exhumar los cuerpos de sus familiares, la mayoría no están identificados. Pueden estar en el Valle o no. El Gobierno pretende exhumar los restos de unas 60 personas que ni siquiera se sabe si están allí enterradas, lo que provocará un caos absoluto porque, como apuntan los familiares de las otras 256 personas, a causa del mal estado de las tumbas, es casi imposible conocer con exactitud, antes de la exhumación, si en el osario reposan los restos que se buscan: Además, avisan de que en el proceso podrían extraerse restos mezclados que correspondan a otros enterrados.

En resumen, se avecina un lío de proporciones históricas, con familias enfrentadas por ver qué derechos pesan más. En Moncloa respiraron cuando se paralizaron las exhumaciones: son conscientes del error de abrir esas tumbas, pero de cara al público tienen que seguir diciendo que luchan por las víctimas del franquismo, aunque allí estén enterradas personas de ambos bandos. Pero parece que ya es demasiado tarde para el arrepentimiento, el proceso judicial sigue su curso y las exhumaciones podrían ser una realidad en pocos meses. Y ojo, porque el que respiró con la paralización fue Bolaños, que tonto no es, pero un enloquecido Sánchez al borde de un ataque de nervios por continuar en Moncloa, puede estar muy contento por el 'avance'.