Urbanización de lujo situada en el municipio gaditano de San Roque se caracteriza por su oferta de alto standing, con numerosas tiendas lujo, restaurantes, campos de golf y hoteles de cinco estrellas
Cada día recibimos nuevas noticias de casos de okupación, el verano y la Semana Santa son dos momentos predilectos por los okupas para invadir casas por una doble vía, por un lado muchos de ellos se trasladan a la costa y entran en segundas residencias, y por otro, aprovechan que muchas casas se quedan vacías por las vacaciones de los propietarios para okuparlas.
Y es que a los okupas también les gusta disfrutar del buen tiempo, recuerden el caso de los okupas de El Rompido o el del chalet en Colmenar Viejo. O el del alcalde indepe de Caldes de Malavella (Gerona) que se sentía "indefenso" ante la okupación de su vivienda, y eso que los okupas solo le pedían tiempo, era Semana Santa, y la cosa estaba difícil para el alojamiento: "Pero, vale, pero espérate, que no hemos encontrado nada, tío, que es Semana Santa".
Ya saben, los okupas son 'vulnerables', pero también quieren vacaciones: primera línea de playa o piscina, faltaría más. Porque a los okupas no les vale cualquier cosa, no olviden al okupa de Algeciras que reformó y amplió la casa que había invadido, pasando de 98 metros cuadrados a 250. Es más, en Andalucía ha llegado la okupación 'deluxe': la okupación de patrimonio histórico se ha disparado.
Y como muestra de ello, Sotogrande. Esta urbanización de lujo situada en el municipio gaditano de San Roque se caracteriza por su oferta de alto standing, con numerosas tiendas lujo, restaurantes, campos de golf y hoteles de cinco estrellas. A lo largo de sus playas se sitúan viviendas de lujo que ahora están siendo objeto de okupación. Más concretamente hablamos de 'inquiokupas', aquellos inquilinos alquilados que dejan de pagar la renta al propietario y se niegan a abandonar la vivienda. De acuerdo con los datos de la Plataforma de Afectados por la Ocupación, los 'inquiokupas' representan el 70% de los casos en España.
Al parecer el modo de operar es siempre parecido, los okupas se presentan como solventes, conduciendo coches de alta gama y vistiendo ropa de marcas de lujo, piden una vivienda en alquiler y cuando están dentro de la vivienda, no abonan las cuotas, pudiendo disfrutar las las propiedades de otros.
Y por lo que ha podido conocer Confidencial Digital, varias inmobiliarias de la zona se han unido en busca de un plan que pare este fenómeno, creando una lista negra de okupas con perfiles de potenciales delincuentes que comparten entre ellos y los propietarios. Así han podido detectar a falsos ricos.
El medio cuenta algunos casos, el más reciente el de una supuesta millonaria que portaba joyas ostentosas y con un hombre que se identificaba como su chófer, tras meses de calvario, se pudo recuperar la vivienda, y se confirmó que todo era un montaje, ni las joyas eran reales sino bisutería. O el caso de un ciudadano alemán que aseguró que quería comprar una propiedad, firmó un contrato con opción a comprar y dejó de pagar.