Lo cuenta El Debate. En Andalucía, la okupación de edificaciones pertenecientes a patrimonio histórico se está disparando por todas las provincias de la comunidad. Y es que los okupas se merecen buenas condiciones: recuerden que cuando se acercaba el verano se iban de vacaciones: invadiendo casas en primera línea de playa o chalets con piscina.

Ahora, van a por edificios, cortijos, castillos y palacetes propiedad de patrimonio. Es el caso del Cortijo de los Cipreses, una casa señorial que ocupa una superficie de 39.799 m², destinada al cultivo de forrajes, olivar y el almendro. Está catalogado como bien de interés cultural, de propiedad municipal, pero pese a la protección del Ayuntamiento ha sido okupado. 

En Almería, el Castillo del Diezmo está sufriendo la construcción de viviendas ilegales donde se multiplican las tomas de agua y luz. En 1949 fue declarado monumento nacional y la titularidad de esta fortificación es municipal, pero el Ayuntamiento no está haciendo nada para evitar el deterioro, las construcciones ilegales y la okupación del territorio. 

La capital andaluza tampoco se libra, en el barrio de la calle Feria en Sevilla un edificio de arquitectura regionalista ha sido okupado. El edificio era propiedad de Endesa y fue okupado, pero otro grupo violento de okupas relacionados con el tráfico de drogas echó a los inquilinos para asentarse ellos. 

La Casa Invisible en Málaga también ha sido víctima de la okupación, un palacete del siglo XIX también propiedad municipal y okupada de 2007, justo cuando el Ayuntamiento gastó cuatro millones de euros para destinar la propiedad a un espacio de emprendedores. Desde que entraron, se utiliza como centro cultural. 

Ya saben, los okupas son 'vulnerables', pero también quieren vivir bien, y si es en un palacete, mejor que mejor.