El secretario general de la Conferencia Episcopal Española y arzobispo de Valladolid, Luis Argüello, criticó el sábado que empresas y medios de comunicación celebraran el Orgullo.

“El poder está orgulloso del Orgullo. Empresas y medios de comunicación se apuntan a una marca que les asegura clientes de los orgullosamente correcto. La pregunta surge ante rostros concretos cuya real diversidad está sepultada por las orgullosas siglas que uniforman y excluyen”, afirmó el prelado en su cuenta de Twitter.

Argüello hace bien. ¿Por qué Inditex, Banco Santander, BBVA, Telefónica, Cepsa, Siemens… tienen que promover los postulados LGTBI y sumarse a las celebraciones del Orgullo, en las que se insulta abiertamente a la Iglesia? No solo eso, en muchos casos incluso obligan a sus empleados a exhibir la bandera LGTBI en las redes sociales, los emails o en sus puestos de trabajo.

No solo las empresas, también los medios de comunicación, los sindicatos y los partidos políticos, menos Vox, han mostrado estos días un apoyo incondicional al lobby gay.

La Iglesia es el enemigo a batir y uno de los principales objetivos LGTBI es modificar el Catecismo, concretamente los puntos 2357, 2358 y 2359, que hablan de la castidad y la homosexualidad y dicen claramente que los actos homosexuales son “intrínsecamente desordenados” y “contrarios a la ley natural”.

El tuit de Argüello es, por tanto, muy pertinente y tanto empresas como medios de comunicación, sindicatos y partidos políticos deberían tomar nota.