No me gustan los anglicismos, de los que estamos rodeados, porque siempre me han parecido un moda de lo más hortera, propia de un país absurdo e innecesariamente colonizado por los angloparlantes, tanto en la ortografía como, lo que resulta más grave, en la semántica. Ahora bien, reconozco que la forma artística Tina Walls me produce gracia.
Se trata del nombre artístico de Victoria Paredes, madrileña de la que ya hemos hablado en estas pantallas, quien decidió cambiar lo de Paredes por muro y firmar de ese modo anglófilo pero castizo-cachondo.

Walls se ha consagrado como ilustradora con su Historia de la Navidad y ahora añade fondo y forma, ilustración y texto, en un libro idóneo para el mes de mayo, titulado "Los nombres de la Virgen", asimismo dedicado a la infancia pero agradable a la mente adulta.
Como es una gran dibujante, primero ilustra y luego explica. Es un recorrido por las advocaciones marianas más importantes. Su lectura me ha recordado una anécdota de aquel sacerdote que, en un pequeño pueblo de Guadalajara (España), ayudaba a bien morir -importante obra de misericordia demasiado olvidada- a una anciana, con las siguientes palabras:
-En breve verás a la Virgen, en el Cielo,
A lo que la anciana, agónica pero lúcida, respondió:
Sí, pero veré a la Virgen de mi pueblo.
Virgen sólo hay una pero advocaciones, sólo en España, Tierra de María -el mayor elogio del gran San Juan Pablo II- hay muchas. Muchas caras para una misma persona, el ser humano más egregio de todos, una mujer. Muchas apariencias para una misma alma, la de la Madre de Dios y señora de España: Virgen de Fátima, Virgen del Pilar, Virgen de Guadalupe, Virgen de Lourdes, Virgen del Olvido... todas ellas magníficamente recreadas por la autora de este libro.
Tina Walls dibuja figuras firmes con trazo ligero, figuras cuajadas en dulzura y que dejan en raya la expresión de sus ojos, quizás para inducir sin mostrar, para que el lector imagine lo que hay detrás de la imagen.
Pero es que el texto de las distintas advocaciones tiene su enjundia. El mensaje de la Virgen del Pilar, poco tiene que ver con Nuestra Señora de Guadalupe (ni la extremeña ni la mexicana, que forman un continuo), o con Fátima, o con Lourdes, con la Virgen del Olvido, la última aparición mariana en España reconocida por la Iglesia y que hemos echado... en el Olvido.
Un último apunte sobre esta pequeña joya de 'Los Nombres de la VIrgen'. Tina Walls tambiçen acierta en sus textos en algo olvidado en el siglo XXI: la presencia de lo extraordinario en nuestras vidas. Quiero decir, que no duda en contar los hechos milagrosos que algunos cristianos, también cristianos formados, interpondrían como prevención ante el mundo, con frases como "la tradición nos dice que", o bien "aunque no podamos probar los hechos"... ante cualquier intervención milagrosa de la Virgen en la historia. Un ejemplo muy simple: que la imagen de la Virgen de la Almudena, patrona de Madrid, apareció en la muralla con las velas encendidas, cuando llevaba 300 años oculta. Ese es, precisamente, el tipo de preguntas que no se formula la autora, Si viene de María, la Emperatriz del Universo, por qué no iba a ser sobrenatural? Lo nuestro es lo ordinario, pero no por qué seamos vulgares sino porque lo natural se funde con lo osbrenatural en nuesrtras vidas ordinarias. Dios nos creó así.
Pues bien, así es como hay que enseñar a niños y adultos en un mundo que huye de Dios, porque, en ese mundo, lo extraordinario se hace cotidiano, porque es cotidiano al Creador, aunque no lo sea a la creatura. Ojo, para bien y para mal, que también vivimos entre demonios y experimentamos el amargo sabor de la malicia a cada instante.
Victoria Paredes ha conseguido que ese significado de cada advocación mariana quede al alcance de un niño... e incluso que lo podamos entender los mayores. No voy a hacer 'spoiler' (hoy vamos de anglicismos) pero de verdad que aconsejo vivamente esta obra, para rezar, leer, pensar.. sobre el ser humano más importante que haya existido jamás: una mujer, no un varón, de nombre María.