Moni García, antes médico, después diputada de la Asamblea, ahora ministra y siempre madre, vuelve al ataque. El Gobierno, con Moni ministra a la cabeza, quiere blindar la eutanasia.

Sanidad estudia posibles reformas de la Ley, que tiene apenas dos años, para impedir que los jueces puedan parar la eutanasia a petición de un tercero, es decir, que sólo se atienda a la voluntad del paciente y que, por ejemplo, un familiar no pueda decir nada.

Pero, ¿a qué obedece este alarde de progresía?

La ley marca un protocolo que necesita de tres confirmaciones del paciente ante tres autoridades distintas, además de la comprobación de que cumple los requisitos para poder recibir la eutanasia. Pero dos casos recientes han hecho tambalear los cimientos del progresismo, del ministerio y de la Moncloa. En ambas ocasiones, los padres de las personas que han pedido la eutanasia han paralizado el proceso. Hablamos por ejemplo del caso de una mujer con trastorno límite de la personalidad y trastorno obsesivo compulsivo, que carece de movilidad completa por una lesión medular la cual se produjo en un intento de suicidio en 2022, la cual pidió la eutanasia.

Abogados Cristianos y el padre de la chica consiguieron paralizarla, pero, el pasado 4 de marzo, la joven ratificó que quiere esa eutanasia. Para sorpresa de nadie, la Fiscalía y la Generalitat apoyaron la eutanasia.

Abogados Cristianos alegó que la joven no está en en pleno uso de sus facultades y, además, debido a su juventud, sus posibilidades de mejoría son muy elevadas. La magistrada que llevaba el caso sentenció que, pese a su trastorno límite de personalidad, la chica podía decidir acabar con su vida.

Este caso se sumó a otro similar en el que los padres también paralizaron el proceso y el Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) resolvió que el padre sí puede impugnar la voluntad de eutanasiarse de su hija. Así lo considera el alto tribunal catalán: "Los padres, aún cuando no resulten titulares del derecho a la vida ajena [de sus hijos], pueden tener un interés legítimo en torno a ella, e incluso una obligación legal de actuar en ese objetivo", algo intolerable para Moni.