Se trata de la Ley de Cuidado de Salud Asequible aprobada por Obama, a la que, para entendernos, le han aplicado la perspectiva de género. Resultado: como se prohíbe la discriminación sexual, la norma debe incluir la identidad de género. En otras palabras, cualquiera puede exigir que le practiquen una operación de cambio de sexo, incluidos los niños.

El médico no se puede negar, aunque exista un riesgo real para la salud de la persona. Es discriminatorio. Y tampoco puede alegar razones de conciencia o creencias religiosas. Debe hacer la operación quiera o no.

Ante tal atropello, la Asociación Médica Católica de Estados Unidos ha presentado una demanda contra la Administración Biden en un tribunal federal, junto con los abogados de Alliance Defending Freedom, que representan al Colegio Estadounidense de Pediatras, según Religión en Libertad.

“La identidad biológica debe seguir siendo la base para el tratamiento de los pacientes”, afirmó el doctor Michael Parker, presidente de la Asociación Médica Católica. “Este mandato no solo pone en peligro la salud y la seguridad de nuestros pacientes, sino que también exige que los proveedores de atención médica renuncien a su derecho fundamental a la conciencia. Esto sienta un precedente peligroso con implicaciones incalculables para la práctica ética de la medicina”, agregó.