Dostoyevski: ¿hay que recurrir a la fuerza o más bien al amor humilde ¡Decidir siempre el amor humilde! Someteré
No lo dice ningún texto bíblico, sino Fiódor Dostoyevski, una lectura muy recomendable salvo en tardes de depresión (la depresión siempre viene por la tarde, por la mañana uno tiene cosas que hacer). Lo suelta en Los hermanos Karamazov, cuando uno de sus personajes exclama: "ante ciertas dificultades, y sobre todo ante el pecado, nos preguntamos a veces: ¿hay que recurrir a la fuerza o más bien al amor humilde? ¡Decidir siempre el amor humilde! Someteréis así al mundo entero. La humildad llena de amor es la fuerza más tremenda de todas: nada puede oponerse a ella".
Eso sí, ya sabéis, para ser manso hay que ser muy valiente, para reaccionar con mala leche -también conocida como ira- no hace falta coraje alguno. Los héroes son los que reprimen la bofetada que les apetece devolver y ponen la otra mejilla. Esos merecen la medalla al valor. Los otros, los que responden a la injusticia con violencia, tan sólo siguen su instinto. En el fondo son unos miedicas.
La mansedumbre se convertirá en la gran virtud del siglo XXI, un siglo de violencia apenas contenida en la que los mansos acabarán por poseer la tierra
Necesitamos mansedumbre total. Palabra de Dostoyevski. Además, la mansedumbre está llamada a convertirse, junto a la alegría, el fruto de los corazones humildes, en la mejor arma de la época. No lo duden: se convertirá en la gran virtud del siglo XXI, un siglo de violencia apenas contenida, en la que los mansos acabarán por poseer la tierra.