Contamos en Hispanidad que la ministra de Derechos Sociales, la pancartera Ione Belarra, quiere ilegalizar las empresas de desokupación porque son "gentuza" que "se lucra persiguiendo a los vulnerables"... es decir, al okupa. Y es que para la ministra "España no tiene un problema de ocupación". 

Ahora vamos con el drama de José Manuel y Lorena que, al igual que Gustavo y Yolanda, tampoco son un invento de la ultraderecha, sino víctimas de la inquiokupación. La Plataforma Afectados Ocupación recoge sus testimonios. 

Ambos están pasando por situaciones muy parecidas: son vecinos de Zaragoza, por un lado José Manuel decidió junto a su hermana poner en alquiler en 2019 el piso de su madre para correr con los gastos de la residencia, por otro Lorena también puso su piso en alquiler en 2018. Los dos recibieron la petición de la Fundación Apip-Acam para que alquilaran sus viviendas a familias en situación de necesidad. Desde la fundación les aseguraron que ellos se hacían responsables. 

Al principio todo iba bien, pero los problemas comenzaron cuando los inquilinos dejaron de pagar y se convirtieron en inquiokupas. Tanto José Manuel como Lorena intentaron mediar, ofrecerle la venta de su vivienda e intentar contactar con la Fundación, que se ha desentendido por completo de lo sucedido. Ambos propietarios han recurrido a la justicia y cuando el juez puso fecha para el lanzamiento, recibieron una carta donde se declaraba la vulnerabilidad de sus okupas, que se acogían al decreto que el Gobierno aprobó por el covid por el que los vulnerables no pueden ser desahuciados. 

Cerca de cuatro años pasando este infierno les han llevado a la completa desesperación. Lorena es madre de tres niños y está en paro, asegura que, después de pagarle a la okupa la hipoteca, el seguro y los gastos, le quedan 7 euros para vivir. Asegura que ha ofrecido al piso a varios organismos públicos y a ninguno le interesa por estar okupado. José Manuel por su parte ha llegado a ofrecer a su okupa trabajo y vivienda en un pueblo de Zaragoza, pero lo ha rechazado porque dice que "sus médicos están en Zaragoza" y le viene mal mudarse.