Hace unos días les hablábamos de la caradura de un okupa que denunció a los propietarios de la vivienda porque lo único que quería era "vivir tranquilo", bueno, eso y quedarse sin pagar en una casa que no es suya. La jeta de los okupas es ya un rasgo común entre todos: recuerden que en verano los casos de okupación en casas con piscina o en primera línea de playa se disparaban. 

Ahora una nueva técnica okupa está proliferando entre estos 'vulnerables ciudadanos': se trata de la 'técnica de la pizza', nació en Barcelona, donde las oficinas del 'okupa', esos "lugares de asesoramiento en cuestiones técnicas y legales en torno a la okupación", están a la orden del día, y ahora se está extendiendo al resto de España.

Los okupas 'fichan' la casa que quieren okupar, cuando se aseguran de que está vacía, van al domicilio y piden una pizza, que recogen en el portal. Guardan el ticket, que lógicamente tiene la dirección de la vivienda. Esperan un par de días y proceden a okupar la vivienda. Si en el momento de realizar la okupación, la alarma de la casa suena o un vecino advierte a la policía o al propietario de la presencia de los okupas, ellos ya no pueden ser desalojados. 

Y es que los desalojos pueden hacerse hasta 48 horas después de haberse realizado el allanamiento, pero con esta técnica los okupas tienen un ticket con la dirección del domicilio que demuestra que ellos llevan allí más de 48 horas, aunque sea mentira. Así, disponen de un comprobante antes de entrar en la casa que les permite justificar posteriormente que residen e ella y evitar el desalojo exprés, ya que el caso pasaría a estar en manos de los tribunales.