Como informó Hispanidad, en Reino Unido se ha producido un nuevo caso de un niño enfermo a quien el Estado -los jueces-  quieren retirar el soporte vital, en contra de la voluntad de sus padres que ven posibilidades de tratamiento. 

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Ya ocurrió antes con los niños Charlie Gard, Alfie Evans, Isaiah Haastrup y Archie Battersbee, que murieron tras retirarles el soporte vital contra el criterio de sus padres y a los que los médicos y la Justicia británicas impidieron trasladarles a otros países para recibir tratamiento. Es decir, que el Estado les condenó a muerte...

Y el último caso del que hablamos es el de la niña de siete meses Indi Gregory -que padece una rara enfermedad del ADN mitocondrial (enfermedad genética degenerativa muy rara, que impide el desarrollo de todos los músculos), que los médicos británicos no tienen intención de tratar- a quien el juez del Tribunal Superior, Robert Peel, ha dictaminado que hay que desconectar, en contra de la voluntad de sus padres, que quieren trasladarla al Hospital Bambino Gesù de Roma, donde la podrían tratar médicamente.

La novedad en este caso es que, antes de su desconexión, el Gobierno italiano, reunido en una convocatoria de urgencia, le ha concedido a Indi Gregory la ciudadanía italiana. 

La fecha límite establecida por el juez era este lunes, a las 15.00 (hora italiana). Pero media hora antes se reunió el Consejo de Ministros para conceder a Indi Gregory la nacionalidad italiana, relata ABC

Así, con esta medida se facilitaría su ingreso en el Hospital Bambino Gesù, de Roma, propiedad de la Santa Sede, que ofreció la posibilidad de asistirla, como ya había hecho en el pasado con otros dos niños ingleses, Charlie Gard y Alfie Evans. 

Sin embargo, según indican agencias, no es probable que la justicia del Reino Unido permita el traslado, pues la niña no pierde la nacionalidad británica aunque logre la italiana.

El padre de la niña tiene claro que «aunque el traslado a Italia conlleve cierto riesgo, la única alternativa que se nos ofrece en el Reino Unido es aceptar la muerte de Indi». Dean Gregory cuenta con el apoyo de los abogados de la organización benéfica del movimiento provida Christian Concern: «La oferta de Italia es la única posibilidad que tenemos de tratar a nuestra hija y, como padres, queremos seguir esta vía».

La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, ha dicho: «Dicen que hay pocas esperanzas para la pequeña Indi, pero hasta el final haré lo que pueda para defender su vida. Y para defender el derecho de su mamá y papá a hacer todo lo que puedan por ella».

Los padres de Indi mantuvieron siempre la esperanza de trasladarla a Italia, confiando en alguna terapia, porque el bebé responde a los estímulos: llora, mueve los brazos, observa, sonríe… "Me siento orgulloso de que mi hija sea italiana", dijo el padre de Indi, Dean Gregory. "Muchas gracias de corazón al Gobierno y al pueblo italianos, por su esperanza y confianza en la humanidad. Dios los bendiga".

La eutanasia (quitar el soporte vital es una forma de eutanasia) y el suicidio asistido suponen traspasar la frontera ética de que la vida es sagrada y ni uno mismo y ni mucho menos un tercero puede disponer de ella. Esa frontera ética está en la conciencia de todas las personas del mundo. Y por eso respeta la ley natural: respetar la vida humana en todas sus etapas, desde la concepción a la muerte natural.

Y en Reino Unido, el Estado ha traspasado ya en cinco ocasiones esa frontera ética. Y se ha hecho dueño de la vida y de la muerte, algo que no corresponde a nadie.