Decíamos ayer… que van a por el Opus Dei, a cargarse la Obra. El poder de los jesuitas en el Papado de Francisco se ha disparado y lo cierto es que la Compañía de Jesús no está en este momento como para dar lecciones a nadie. Desde luego, no al Opus Dei, cuya crisis es una fruslería comparada con la que atraviesan los hombres de San Ignacio. Es igual: los jesuitas quieren acabar con la Obra.

Lo del obispo de Barbastro es como lo de las inmatriculaciones del PSOE, que quedó en nada pero Pedro Sánchez sacó pecho para asegurar que había acabado con otro ‘privilegio de la Iglesia’. La estupidez era tan gorda como esto: las catedrales no eran de la Iglesia porque no estaban matriculadas, registradas, a su nombre. Eran del pueblo, que es lo que dicen los gobernantes cuando pretenden meter la mano en el bolsillo ajeno, porque al pueblo le representan ellos hasta en las catedrales y basílicas.

Los hechos: el obispo de Barbastro, monseñor Ángel Pérez Pueyo, ha decidido nombrar a un rector para el Santuario de Torreciudad, ubicado en Huesca. El prelado del Opus Dei, Fernando Ocáriz, le ha recordado que el Santuario de Torreciudad pertenece al Opus Dei, más que nada porque la Obra lo construyó y ha prestado la atención pastoral a millones de peregrinos que han acudido libremente hasta allí. Por cierto, el señor obispo debería preocuparse más por su Iglesia, que, conocido repto está hecha unos zorros. Los curas de Huesca se dividen en dos: los que creen en Dios y en la transustanciación eucarística y los que no creen. Créanme, el santuario mariano de Torreciudad, donde se confiesan miles de personas cada año, les viene muy requetebién.

Dudo que al obispo de Barbastro se le haya ocurrido esta hazaña a él solito pero el silencio de Papa Francisco, justo en el momento en que él mismo ha puesto en solfa al Opus Dei, la verdad es que no ayuda. Que esto surja, justamente tras la andanada de Francisco con su ‘motu proprio’, que le quita galones a la Obra pero, lo que es más importante, que puede terminar con el espíritu laical del Opus Dei. O sea, que puede cargarse al Opus. En estos momento, el Opus se encuentra a la espera de la respuesta de El Vaticano sobre sus nuevos estatutos. A día de hoy, la Obra no necesita unos nuevos estatutos, lo que necesita es sacudirse su modorra actual.

Eliminar la Obra de San Josemaría Escrivá no creo que sea bueno para la Iglesia. Y no: el autor de este artículo, servidor, no es miembro del Opus Dei.