Que Sánchez busca premiar al vago y castigar al diligente no es algo nuevo. Con la ley Celaá hemos visto de todo -o eso creemos-. Véase, pensamiento Celaá: si los alumnos repiten mucho... pues suprimimos las repeticiones. Pedir más esfuerzo no es progresista. 

O, que el alumno con menos recursos tiene más facilidad para repetir curso que el rico. ¿Acaso es más tonto? 

De los creadores de tales teorías, llega ahora un nuevo 'éxito': las extraescolares "Pedagógicamente, pueden ser negativas y contraproducentes para el alumno, quien además de pasar 5 o 6 horas lectivas en el aula, se vería obligado a extender su jornada escolar con varias horas de clases particulares en su tiempo libre, en un tiempo extraescolar". Además, tal como recoge Libertad Digital,  "las clases particulares ponen de manifiesto la excesiva carga de deberes que se siguen dando en muchos centros, principalmente de educación primaria". Y "el sistema educativo debe garantizar que los alumnos y alumnas cuenten con los recursos adecuados sin tener que recurrir a un gasto extraordinario por parte de las familias para lograr el éxito educativo".

He ahí, la clave del asunto, en la parte que apunta a un "gasto extraordinario", porque el PSOE destaca: "No todas las familias tienen el mismo nivel educativo, ni los mismos recursos económicos, ni la disponibilidad de tiempo para poder apoyar a sus hijos e hijas". Por esa razón, exigen "elaborar un informe sobre la participación del alumnado español en actividades extraescolares y en clases particulares, tipología, así como su aprovechamiento y coste por aIumno/a"; "impulsar la inclusión, en la medida y forma que se estime factible, datos sobre actividades extraescolares y clases particulares en los Informes de situación del sistema educativo, también en los elaborados por los Consejos Escolares del Estado y, a recomendarlo, en los de las distintas CCAA"; y, sobre todo, "proponer, a partir del diagnóstico e informes elaborados, medidas para mejorar la equidad, la calidad educativa y garantizar la igualdad de oportunidades".

En Hispanidad, donde hemos insistido una y otra vez en la intención del gobierno sociopodemita de asfixiar a la concertada, vemos en este apunte sobre las extraescolares un nuevo intento por parte de Sánchez y su Ejecutivo de acabar con la concertada -no lo olviden, en su mayoría religiosa- y con la privada. ¿Por qué razón? Porque las extraescolares ayudan a este tipo de educación -que, recordemos al contribuyente español un alumno de la concertada le cuesta 3.000 euros/año. El alumno de la pública le cuesta el doble: 6.000 euros- a financiarse. Y además, resulta que dichas actividades, en su mayoría deportivas y culturales, contribuyen a formar alumnos en plena forma mental y física. Es decir, estudiantes menos manejables, porque tienen más conocimientos, y más acostumbrados a la cultura del esfuerzo. Y eso, al Gobierno Sánchez no le convence.