Parece que a The Walt Disney Company, a pesar de tanta necedad, progresismo y adoctrinamiento de niños (o “corrupción de menores”, como la denomina Santiago Abascal, líder de Vox), le han empezado a importar los malos números. Tras cesar a Bob Chapek como CEO, rescatando a Bob Iger; y sustituir a la lesbiana Susan E. Arnold por Mark Parker en la presidencia no ejecutiva; ahora ha optado por despedir a la argentina Victoria Alonso, vicepresidenta ejecutiva de Marvel Studios (estudio que es propiedad de Disney desde el 31 de diciembre de 2019), lesbiana (está casada con la actriz Imelda Corcoran y ambas tienen una hija) y ‘discípula’ de nuestra ministra de Igualdad, Irene Montero.

Recuerden que hace unos meses, el pasado junio, tras el estreno de Lightyear y la polémica por incluir un beso lésbico, Alonso se prodigó en algunos medios españoles. En una entrevista en El País, destacó que “en EEUU ese beso es una actualización de la familia, y lo vamos a seguir mostrando. Ojalá que el mundo lo acepte”; y en otra en El Mundo fue un poco más allá, imitando a Irene Montero, al señalar que “nuestras películas son vistas por niños, niñas y niñes desde los ocho años hasta los señores, señoras y señoros de 80 años”. Dos meses después se pudo ver una muestra de la apuesta de Marvel por la necedad progre inclusiva con la llegada de Sun-Spider, una superhéroe mujer, pro-LGTB y discapacitada.

Victoria Alonso, de Marvel

Ahora Alonso ha sido despedida del estudio de superhéroes y aunque no se han detallado los motivos, parece que los principales han sido el fracaso en taquilla de Ant-Man and the Wasp: Quantumania, así como la mala calidad de los efectos visuales creados desde cero digitalmente -llamados CGI, en el argot- de otras películas (Black Panther, She Hulk, Thor: Love and Thunder). Claro que también han surgido rumores sobre otras razones, como: la presión para incluir contenido LGTBI o el ambiente de trabajo tóxico en la parte de efectos visuales (VFX) que refirió Chris Lee, reportero de un medio de entretenimiento y cultura neoyorquino llamado Vulture. Esta última ha sido desmentida por algún empleado, pero la página web 3D Juegos Latam ha referido que desde 2022 varios técnicos que han trabajado bajo la dirección de Alonso han compartido sus negativas experiencias en el sitio web Reddit, llegando a calificarla como la productora “con peor metodología de producción y gestión de VFX que existe”.

Dejando a un lado las razones del despido de Alonso, cabe recordar que a la factoría de Mickey Mouse, que este año celebra su centenario, no le va bien en números... y en parte es por tanta ultra-progresía. No es rentable en ‘strreaming’ y perdió usuarios en Disney+, como se vio en los resultados de su primer trimestre fiscal (octubre a diciembre de 2022). Claro que su primera reacción fue que pagaran los de siempre: anunció 7.000 despidos, imitando a la larga lista ajustes de plantilla que han anunciado muchas tecnológicas. Una medida que forma parte de su deseo de reducir costes por unos 4.600 millones de euros, pues preocupa que el beneficio operativo -principal indicador que mide la rentabilidad de una empresa- bajara un 7% entre octubre y diciembre, a 2.825 millones, a pesar de los crecimientos en beneficio neto (+16%, a 1.193 millones) e ingresos (+8%, a 21.830 millones). Además, no hay que olvidar que Mark Parker tiene la gran tarea de buscar al sucesor de Bob Iger y al mismo tiempo, hacer frente al crítico inversor Nelson Peltz