The Walt Disney Pictures insiste en su progresismo y en su preocupante falta de ideas. Ahora a una de sus plataformas de ‘streaming’ (en concreto, en Disney+, que sigue ganando suscriptores, no como Netflix, y subirá los precios en EEUU), llega She-Hulk: Abogada Hulka, serie original de Marvel Studios y que es la versión femenina del famoso superhéroe verde. Claro que no ha sido bien acogida por los inversores: la cotización baja más de un 2% y acumula una depreciación del 31% en el último año. 

Una serie original para dicha plataforma que se ha estrenado el día 18, pero que de original tiene más bien poco. Y es que Marvel publicó su primer cómic, La salvaje Hulka 1, en 1979. Trataba sobre la abogada y superheroína verde, prima de Hulk, que tuvo mucho más tirón tanto en el mundo del cómic como en el del cine. Ahora la historia de la abogada Jennifer Walters, que se transforma en Hulka, vuelve a coger protagonismo de la mano de Disney: encarnada por la actriz Tatiana Maslany y en la serie también tiene la compañía de su primo Hulk, como padrino, al que vuelve a dar vida el actor Mark Ruffalo.

El guion es de Jessica Gao, quien destaca que “es una serie con la que es fácil empatizar, porque trata sobre una mujer en la treintena, que es una profesional lidiando con su carrera, con su familia, con sus amigos… y justo ahí, de la nada, le tiran unos superpoderes para los que no está preparada”

El guion es de Jessica Gao, quien ha destacado que “es una serie con la que es fácil empatizar, porque trata sobre una mujer en la treintena, que es una profesional lidiando con su carrera, con su familia, con sus amigos… y justo ahí, de la nada, le tiran unos superpoderes para los que no está preparada”, ha explicado esta escritora y productora de televisión estadounidense a La Razón. Esto demuestra una apuesta muy feminista en la factoría de Mickey Mouse. Además, Gao ha respondido sobre los efectos digitales de la serie, que recibieron muchas críticas tras el lanzamiento del primer tráiler por su escasa calidad: “Marvel y Disney son empresas enormes, gigantes. Y cada serie que sacan adelante es enorme por sí misma, una cosa inimaginable y muy complicada en la que muchos artistas, durante mucho tiempo, trabajan muy duro. No deberíamos dar nunca por hecho todo lo que ello cuesta e implica. Y más en una serie como esta, que es completamente nueva en el sentido de requerir todo el tiempo, en todos los episodios, a un personaje central generado por ordenador. No se ha hecho nunca antes, o por lo menos a esta escala, así que la tarea con la que estábamos lidiando era casi imposible”, ha subrayado.

El gigante de ocio y entretenimiento insiste en ser cuanto más progre mejor y por eso tiene una agenda LGTB; su primera presidenta, Susan E. Arnold, quien además es lesbiana; y a finales de 2020, el CEO, Bob Chapek, anunció 50 estrenos donde no faltarán ejemplos de la agenda LGTBQ. Recuerden que la factoría de Mickey Mouse sigue los postulados del Nuevo Orden Mundial (NOM), que se resumen en ideología de género (feminismo y homosexualismo)ateísmo (mucho panteísmo y nada de Dios). Ahora tiene más dinero para dicha agenda, tras unos buenos resultados de su tercer trimestre fiscal (abril a junio), claro que también acumula una sangría bursátil del 31% en el último año... y puede que en eso esté influyendo tanto progresismo, tanto adoctrinamiento de niños en ideología de género (o “corrupción de menores”, como lo denomina el líder de Vox, Santiago Abascal) y también la necedad creciente, la falta de ideas y que financie abortos.