No sabemos del nuevo virus -ojo al dato: B.1.1.529- también conocida como variante sudafricana, lo que resulta de lo más estigmatizante, ni su capacidad de contagio ni su letalidad, pero ya nos han dicho que la cosa es peligrosísima, y Europa e Israel han suprimido los vuelos con África del sur, las bolsas se desploman y nuestros prebostes autonómicos aprovechan para imponer nuevas restricciones. ¡Yehaaaa!

¡Qué casualidad! Cuando empezábamos a perder el miedo a 'las olas', cuando arreciaba la campaña para que nos vacunemos todos por tercera vez -la que viene antes de la cuarta-, cuando todos lo chiflados dedicado a presidir autonomías en España quieren volver a restringir nuestra libertad -y si pueden nuestra felicidad- aparece un nuevo virus del que no sabemos nada -o sea como el anterior- pero que presumen contagia más y mata más. 

Recuerden, las coincidencias existen, la casualidad no. Para mí que lo que ocurre es que les molesta la Navidad.

Ya he dicho que el consenso científico no existe. Lo que ocurre es que cuando un científico disiente de las tesis oficiales sobre el virus, le condenan al silencio. Vamos, que no sale en la tele. 

Curioso: los científicos del momento son los inmunólogos -estadísticos- no los virólogos los que luchan contra el virus. Ni tan siquiera conocemos a los que han producido las vacunas

Las preguntas clave sobre el Covid permanecen: ¿Por qué nuestro sistema inmunitario funciona con tan exasperante lentitud respecto a este virus? ¿Por qué no surgen fármacos que nos curen? Por ejemplo, en el caso del sida aún no hay vacuna pero nadie se muere con tratamientos adecuados.

Y un apéndice: los científicos del momento son los inmunólogos -estadísticos- no los virólogos -los que luchan contra el virus-. 

De hecho, ni tan siquiera conocemos a los que han producido las vacunas. Si sólo queremos rendirles un homenaje. ¿Dónde está el equipo de prensa de Pfizer?