Abandoné mi escasamente prometedora carrera como profesor universitario cuando me convencí de que mi odio a los adolescentes podía convertirse en delito. ¡Qué le vamos a hacer: adoro a los niños pero no soporto a los adolescentes! 

Mi propuesta pedagógica consiste en encerrarles a los 12 años en una celda, tirar la llave y abrirla a los 30. Lamentablemente, con las horteradas tipo Montessori, una doctrina vanguardista como la precitada no ha sido aceptada por las autoridades académicas ni por el claustro universitario actual, motivo por el cual me vi obligado a abandonar una, repito, escasamente prometedora, carrera académica y refugiarme en el periodismo, donde hay adolescencia pero no adolescentes. 

Por eso me sorprendió la beatificación de un adolescente, amigo, además, de los videojuegos hace un año. Se trata de Carlo Acutis, amante de los videojuegos y muerto a los 15 años tras una dura lucha contra el cáncer. Ahí va el vídeo que pueden encontrar en YouTube y que la espléndida página argentina iesvs.org ha sabido dar su sentido último.

 Sí, un adolescente también puede llegar a santo… aunque le gusten los videojuegos.

Todo gracias a la Eucaristía. Por algo será. Además, Acutis llegó a diseñar y crear una exposición digital sobre los milagros eucarísticos en el mundo