Lo cuenta La Razón. Un registro civil de un municipio al sur de Madrid, una hora después de abrir la persiana ya ha recibido dos solicitudes para el cambio de sexo: "Esto es así todos los días desde que se aprobó la Ley Trans la semana pasada. Hay algunos que vienen en persona y otros prefieren llamar por teléfono para que les indiquemos los pasos a seguir. Lo que nos ha llamado la atención es que el 100% de las solicitudes que hemos recibido son de hombres que quieren registrarse como mujeres. Cuanto menos resulta sospechoso", cuentan al medio los funcionarios, que señalan que en ninguno de los casos lleva consigo un cambio de nombre, simplemente cambian el género y conservan su nombre masculino. 

"Desde el punto de vista del fraude, esta ley puede dar lugar a claros ejemplos, de hecho, es la impresión que nos ha dado en este tiempo con gran parte de los hombres que han venido a solicitar el cambio. Hasta que esta ley fue aprobada habíamos recibido solicitudes por parte de hombres y mujeres de una manera más o menos equilibrada. Lo de ahora es desorbitado", apuntan los trabajadores del registro civil. 

La Razón ha tenido acceso a los datos de otros registros de España, y parece que es ta tendencia se extiende por todo el territorio, aunque hace falta más tiempo para confirmar, sí que apuntan a que más del 90% de los solicitantes son hombres. Por ejemplo, en A Coruña se recibieron la semana pasada nada menos que 40 peticiones para cambiar de sexo, siendo la mayoría hombres, al igual que en Oviedo, donde se registraron cuatro solicitudes, todas de varones. 

Realidad que choca frontalmente con las advertencias de los especialistas que alertaban de que los casos suelen darse en mujeres, aunque los funcionarios no se terminan de creer que sean personas que realmente quieran cambiar de sexo. "Nosotros sospechamos que hay casos en los que se busca sacar provecho a través del nuevo género, que precisamente es el femenino. Nunca habíamos notado tanta descompensación en este sentido. Sin embargo, nosotros no podemos hacer ninguna apreciación al respecto, tan solo gestionar la asignación del nuevo género".

Los trabajadores advierten de que no existen mecanismos para detectar fraudes, y es que la propia ley avala la autodeterminación de género, es decir, el cambio de sexo en el Registro Civil sin necesidad de informe ni tratamiento médico a partir de los 14 años. Si se trata de personas menores de dieciocho años y mayores de dieciséis podrán pedir la rectificación del sexo de forma autónoma, y entre catorce y dieciséis años, lo podrán hacer, pero asistidos por su padre, madre o tutor legal. En cambio, entre los 12 y los 14 años se necesita una aprobación judicial y el juez puede pedir las pruebas que considere necesarias. Aunque recuerden el caso de un niño de 8 años que tiene, según un juez, la "suficiente madurez" para concederle el cambio de sexo y la advertencia de Nagore, la mujer que paró su transición a hombre: "Si sus hijos deciden que quieren hormonarse, tendrán que decir que sí, o le quitarán la patria potestad".

"Una vez que el mayor de 16 años llega al registro civil, en teoría deberíamos facilitarle un formulario que todavía no nos han hecho llegar desde Justicia, por lo que solo es necesario el DNI y la partida de nacimiento. Su decisión debe ser ratificada por el solicitante tres meses después, mientras que la Administración tendrá un mes más de plazo. Es decir, el proceso durará unos cuatro meses como máximo", explican funcionarios al medio. 

Quienes también trasladan su miedo a advertir de los posibles fraudes ya que los artículos 79 y 90 de la Ley pena cualquier acción que pueda ser discriminatoria, "Y esto sin contar con las posibles sanciones o expedientes disciplinarios que abrirían a quien osara poner en duda un caso de cambio de género ante las sospechas de fraude". Ya saben, multas de hasta 150.000 euros para quien ose hablar de la salvajada Trans.