Dicen las crónicas informativas que la jornada electoral vasca ha funcionado con normalidad. Las anécdotas han sido las de siempre: la urna que baja a la calle para que vote el minusválido, la monja madrugando y el señor que fallece antes de llegar a ejercer su derecho al voto. Por no hablar de la lluvia, su impacto sobre la abstención y el imprescindible paraguas que ha acompañado a la ceremonia del voto. Chorradas.

La realidad es que 150.000 vascos han votado con un documento ilegal, el DNI vasco. Entre ellos, nada menos que Otegi, que ha mostrado la papeleta del PCTV, siglas que por cierto ya han anunciado que serán la voz de los ilegalizados. ¿A qué espera el Gobierno para intervenir? Desde el Centro de Estudios Jurídicos Tomás Moro se ha presentado esta mañana una denuncia por "desviación de poder" al permitir que ETA vuelva a sentarse en la cámara de representacion de la CAV.

Pues bien la noticia es que 150.000 vascos se han pasado la legalidad por el arco de triunfo. "Este es el documento con el voto porque me da la gana, tu me entiendes", señala Miguel Pérez en una mesa electoral del municipio guipuzcoano de Hernani. La presidenta de mesa se ha negado a firmar el acta porque cerca del 25% de su censo ha votado con documentación ilegal. La candidatura etarra ha absorbido al 35% de los votos de Hernani. Pero el municipio guipuzcoano no ha sido un caso aislado. Las irregularidades se han repetido en centenares de mesas bajo el silencio del miedo. ¿Elecciones libres?

Por cierto, María San Gil ha bajado en San Sebastián -su municipio- de 32.045 votos a 22.239. ¿Por qué está tan contenta?