Manual del Ecologista coñazo. La obra de Alfonso Ussía me viene al pelo para hablar del Fukushima. Tercer aniversario y campaña mundial del panteísmo ecologista, quien habla de las 'víctimas de Fukushima' y planta cerezos por el desastre nuclear.

Que yo sepa, fueron víctimas del tsunami, no del reactor y el reactor resultó afectado por el tsunami. Supongo que la intención última de los ecologistas sería llevar al banquillo al Padre Eterno como responsable del tsunami, pero eso supondría reconocer la existencia de Dios, y estamos hablando de panteístas, que constituyen el ateísmo de moda hoy. Es más, no ha habido un desastre nuclear, sino escapes radiactivos, provocados... por el maremoto.

El Gobierno japonés ha decidido volver a poner en funcionamiento los reactores paralizados. Hace bien.

Miren ustedes el panecologismo antepone el Planeta al hombre. Los cristianos anteponemos el hombre al Planeta. Cuidamos la naturaleza, sí, pero sólo para que las próximas generaciones de hombres, no de rocas, ni de vegetales ni de animales, puedan seguir sirviendo al único ser racional y libre que existe sobre el Planeta.

Traducido a la energía. Se trata de un elemento sin el cual no podemos vivir. Por ello, lo principal es que todos tengan acceso a la energía y de forma barata. Porque eso es lo que precisa el hombre. Por decir algo: si para calentarse y cocinar alimentos, para sacar a pueblos de la miseria, tengo que quemar carbón, quemaré carbón, aunque desprenda gases que puedan dañar el medio ambiente. Luego, cuando el hombre tenga bien cubiertas sus necesidades primarias, me preocuparé del cambio climático. Y no recurriré a carísimas energías renovables que provocan que el hombre no asegure su suministro energético y que, encima, le empobrecen. El presidente de la CNMC, Marín Quemada, lo explicaba el martes de forma harto inteligente.

Y así llegamos a la energía atómica. Si en Hispanidad defendemos la energía nuclear es porque resulta la más intensa y la más barata. Tiene sus riesgos, claro, pero es que la vida es riesgo.

La segunda razón para defender la energía nuclear es que controlar la ruptura del átomo supone uno de los grandes avances de ese ser racional que es el hombre. Y si no hubiéramos cedido tanto ante el ecologismo demagógico, ahora estaríamos más cerca del paso definitivo en suministro energético, que es la fusión nuclear controlada.

Y luego, por supuesto que sí, nos preocuparemos del Planeta. Pero lo conservaremos para el hombre, no contra el hombre.

El panteísmo 'ecolojeta' siempre ha considerado al hombre como una especie más dentro del universo. Ese es el problema, que no lo es: el hombre es el rey de la Creación.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com