La ONU urge a los gobiernos a que combatan todo signo de intolerancia religiosa pero hay otras formas de persecución

 

La persecución a los cristianos continúa en el mundo, especialmente en algunos países, como Pakistán. Los últimos casos son los de un joven cristiano asesinado por musulmanes en Kasur (en Punjab); la violación de una joven cristiana de 20 años de edad de Kasur por jóvenes musulmanes; y una joven cristiana de 12 años, que trabajaba como empleada doméstica, y que perdió un ojo a golpes de su jefa musulmana. Son los dramáticos casos señalados a la Agencia Fides por las comunidades cristianas en Punjab que sufren "violencia y abusos por motivos religiosos, la falta de colaboración de la policía, y la injusticia en los tribunales".

Como señala la agencia, el caso de la chica de 20 años violada es emblemático de la vulnerabilidad de las niñas cristianas. Los acusados pertenecen a poderosas familias musulmanas, y en tales casos, los responsables suelen quedar impunes debido a una complicidad profunda en el sistema judicial y las instituciones. Y es también el paradigma de la violación de mujeres como arma represora contra el cristianismo, uno de los métodos más cobardes y crueles usados por los fanáticos integristas musulmanes.

¿Qué hace Occidente ante estos numerosos atentados contra los derechos humanos de los cristianos, tan ciudadanos como cualesquiera otros?

Recientemente, la Asamblea General de Naciones Unidas aprobó por consenso una norma en la que se urge a los gobiernos mundiales a que combatan todo signo de intolerancia religiosa. El texto declara que cualquier discriminación "por razones de religión o creencias constituye una violación de los derechos humanos". Asimismo, expresa su preocupación hacia el odio religioso y el fracaso de algunos estados en la lucha contra esa "creciente tendencia".

Según los expertos, la resolución de la ONU, impulsada por Europa, Estados Unidos e Iberoamérica, insta a que los estados impongan mayores penas a los abusos públicos contra la religión. Si esta norma sirve para acabar contra la persecución a los cristianos, para que libremente puedan ejercer su libertad de culto -sus prácticas religiosas, públicas o privadas- y su libertad religiosa y de conciencia, bienvenida sea.

No obstante, en Occidente también existe otra clase de persecución contra los cristianos: marginarlos de los puestos de responsabilidad, política, cultural y periodística, y reducirles al silencio. Y casos hay muchos...

O la que denunciaba Mons. José Horacio Gómez, arzobispo de Los Ángeles, en una entrevista publicada en la revista Palabra y reproducida por Noticias Globales, como algunas leyes recientes en muchos países que desconocen por ejemplo el derecho a la libertad de conciencia; es decir, a que un católico pueda eximirse de ser obligado a actuar en contra de sus principios más profundos. "El problema es muy similar al que existe en países europeos: la creación de 'derechos' no basados en la ley natural, como el aborto, el 'matrimonio' homosexual o el supuesto 'derecho universal' a métodos contraceptivos abortivos, está recortando el derecho de los católicos norteamericanos a vivir su fe", apuntaba Gómez.

También la ONU debería pronunciarse sobre ello.

José Ángel Gutiérrez

joseangel@hispanidad.com