Sr. Director:

Ante la propuesta del gobierno español de que la ministra de sanidad y consumo sea nombrada máxima responsable de la OMS, uno no puede más que hacerse una serie de preguntas.

¿Cómo es posible que la responsable de un ministerio de sanidad y consumo no sea médico? Cómo puede esta ministra, cuyas políticas (tabaco, alcohol, relaciones sexuales, obesidad, drogas) han sido claramente un fracaso, ser propuesta para ocupar un cargo desde el que influiría gravemente sobre todos los países del mundo? Y son más las preguntas que uno puede hacerse.

Quisiera hacerles llegar ciertas ideas que he tenido al enterarme que Elena Salgado, ministra de sanidad y consumo, va a ser propuesta por el gobierno español como próxima directora general de la OMS.

La actual ministra es ingeniera y economista, lo cuál no es, a mi juicio, aval suficiente para ocupar dicha cartera, y menos aún, la dirección general de la OMS, un organismo internacional que influye de manera clara e inequívoca en determinadas políticas en todo el mundo.

Como responsable del ministerio de sanidad y consumo ¿no debería explicarnos cómo es que la gran mayoría de los locales a los que iba dirigida la llamada ley anti-tabaco todavía no la han cumplido? ¿Qué ocurriría si esto sucediera a nivel mundial?

La campaña sobre relaciones sexuales de este verano no ha podido ser más demencial; básicamente, incita a los jóvenes a tener relaciones sexuales, siempre y cuando hagan uso de medios de protección de más que dudosa eficacia, lo que de alguna u otra manera, acaba repercutiendo siempre sobre el número de abortos, aunque según su ministerio, esta cifra no ha aumentado relativamente en los últimos años, puesto que, dicen, antes los casos contabilizados de abortos eran menores que los datos reales, ya que "parece" que hace unos años la gente no lo declaraba tanto como ahora. ¿Es que es razonable que un ministerio a cuyo cargo está la sanidad de un país pueda hacer afirmaciones de esta índole, sin presentar unos datos claros y contrastados?

Por no hablar del mensaje en sí de la campaña: es cómo si la DGT incitara a los conductores a correr todo lo que quieran, siempre y cuando, eso sí, hagan uso del cinturón de seguridad. ¿Pero es posible? En un momento en el que la natalidad española está bajo mínimos ¿lo único que se le ocurre a la ministra de cuota de turno es fomentar las relaciones sexuales descontroladas, y por lo tanto, el aborto?

Por mucho que sus estudios lo indiquen (elaborados entre otros, por la clínica DATOR), el número de abortos sí que ha aumentado, y considerablemente. Eso sí, puesto que no existen datos fiables sobre la cuestión, puesto que desde 2004 no se proporciona información veraz al respecto, es casi imposible hacer afirmaciones sobre este espinoso asunto. ¿Será eso lo que pretenden al ocultar la información? ¿O es que son incapaces de hacer un estudio como es debido sobre la cuestión?

¿Se imaginan Vds. lo que ocurriría a nivel mundial si se aplicaran las políticas de esta señora? Parece mentira que teniendo ejemplos como los de Uganda y EE.UU., en los que ha quedado claramente demostrado que la abstención es claramente beneficiosa en la lucha contra las enfermedades sexuales, además de que influye notoriamente en el número de asesinatos, perdón, abortos, que se producen al año, sigamos teniendo que oír que lo que los jóvenes debemos hacer es "disfrutar al máximo" de las relaciones sexuales, eso sí, con cuidado, para que los cracks de los conciertos de este verano, véase sífilis, gonorrea y VIH, no nos lo estropeen.

Creo que este asunto merece que se proteste enérgicamente contra esa decisión, no sólo por el bien del mundo, si no porque seremos el hazmerreír de éste si esto ocurriera.

Álvaro de Pablo Gonzalez

alvarodepablo85@hotmail.com