'Música Dance para que tú no la bailes' es el eslogan de la última campaña de la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD) para sensibilizar sobre los riesgos asociados a la conducción bajo los efectos de las drogas, a los jóvenes de 16 a 24 años. 

Según datos de la Dirección General de Tráfico, cerca del 23% de los conductores de hasta 30 años, fallecidos en accidente de tráfico, habían consumido drogas.

También 'Bad night. Esta noche te puede tocar a ti' es el eslogan de otra campaña de la FAD. Busca concienciar a la juventud frente a los alcaloides que originan zozobra, alucinación, angustia y puede llevar al suicidio. Una madrugada de juerga se puede mudar en "una mala experiencia" porque, esos concentrados, "pueden ser tu peor enemigo."  Las drogas se han alojado en la diversión de los adolescentes.

Alcanzar un estado de arrebato en unos minutos y sentir un efecto de júbilo durante una hora, son las alucinaciones que origina el "fentanilo", una droga sintética obtenida del opio que ha hecho tronar los pánicos de la ONU, por lo que, la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes, presenta en su Informe Anual, un capítulo específico a este concentrado: "Un opioide sintético 80 veces más potente que la heroína", y que está originando graves quebrantos en Estados Unidos y México. 

Asimismo, el Observatorio Europeo de Drogas y Toxicomanías, exhibió un horizonte penoso; las drogas son más económicas que nunca en todos los países de la Unión Europea, lo que ha originado un aterrador aumento del derroche de la cocaína, estigma que se hincha con fuerza entre los adolescentes. La investigación expone la crudeza de la situación; anualmente se originan en Europa más de 8.000 defunciones atañidas a la dilapidación de alcaloides.

La droga, el sexo, el terror y la espiral del fanatismo no se cobijarán en los fofos paraísos de evasión. El joven incauto cree que la droga le "llevará al paraíso" y lo que le dona es su propia autodestrucción, el deterioro físico y psíquico que transformará el "paraíso", de unos instantes, en un prolongado e insoportable infierno.

Clemente Ferrer
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