• El presidente de México, Peña Nieto toma medidas tras el hallazgo de 28 cuerpos en fosas clandestinas.
  • Según la Fiscalía, en los sucesos participó la Policía Municipal y un grupo de delincuentes conocido como Guerreros Unidos.
  • La Fiscalía ha dictado prisión formal contra los policías detenidos, a los que se acusa de actuar de forma coordinada con la delincuencia organizada.
  • Además, las fuerzas federales y el Ejército desarmaron a la policía municipal y se hicieron cargo de la seguridad en la ciudad. 
Como hemos informado, en México, la fiscalía del Estado de Guerrero confirmó el hallazgo de 28 cuerpos en fosas clandestinas en Iguala y que podrían corresponder a algunos de los 43 alumnos desaparecidos el 26 de septiembre tras una protesta por supuesta discriminación laboral.

Según la Fiscalía, hubo un tiroteo y probablemente en la desaparición de los estudiantes participó la Policía Municipal Preventiva de Iguala y un grupo de delincuentes conocido como Guerreros Unidos.

Por eso, la Fiscalía ha dictado prisión formal contra los 22 policías detenidos por este caso, a los que se acusa de actuar de forma coordinada con la delincuencia organizada.  

El presidente de México, Enrique Peña Nieto (en la imagen) se ha mostrado "profundamente consternado e indignado" por esos sucesos "indignantes, dolorosos e inaceptables". Y se ha comprometido a identificar y sancionar a los responsables de la reciente desaparición de esos 43 estudiantes de magisterio después de enfrentamientos con la policía. "Ante estos hechos de violencia que se han suscitado no cabe el más mínimo resquicio para la impunidad", añadió.

De hecho, poco después del discurso, las fuerzas federales desarmaron a la policía municipal y se hicieron cargo de la seguridad en la ciudad. Veintidós policías están detenidos en relación con el tiroteo.

La seguridad en el municipio queda a cargo de la Gendarmería Nacional apoyada por soldados del Ejército.

Por su parte, el gobernador del estado mexicano de Guerrero, Ángel Aguirre Rivero, ha asegurado que no tiene nada que ocultar respecto a las desapariciones de los 43 estudiantes en Iguala y ha añadido que si su renuncia resolviera algo no tendría inconveniente en dejar el cargo. "Nunca me he manchado de sangre". "Si mi renuncia resuelve el caso, un asunto tan delicado, no tendré ningún inconveniente, ya que soy consciente de que tengo que asumir mi responsabilidad hasta las últimas consecuencias", ha dicho Aguirre, quien a la vez ha advertido de que no se va a ir "ni como un asesino, ni como un delincuente".

No obstante, todos estos casos reflejan los problemas de violencia e inseguridad ciudadana que tiene México y ante los que el Gobierno de Peña Nieto se muestra muchas veces ineficaz. 

José Ángel Gutiérrez

joseangel@hispanidad.com