Ahora mismo, tiene un 18% y el resto está en manos privadas, especialmente fondos, aunque aún quedan pequeños porcentajes en manos de alguna eléctrica. Sin embargo, para la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), el porcentaje le sigue pareciendo excesivo. El viejo lema socialista de las redes de infraestructuras para el Estado, ha pasado a la historia. Ahora mismo, REE vale en Bolsa más de 3.000 millones de euros, por lo que SEPI espera obtener unos 250 millones de euros por la venta.

Ahora bien, el problema es que a medida que el Estado reduce su participación tiene menos fuerza en el Consejo para afrontar las fortísimas inversiones de mejora que precisa la red de alta tensión española. Y los privados prefieren la rentabilidad a la inversión.