Sr. Director:
Tengo 30 años recién cumplidos y el 16 de noviembre he tenido mi segundo hijo (una niña).
Le puedo asegurar que tener hijos a los 25 años en un mundo laboral como el actual es un acto de heroicidad que pertenece a la ciencia ficción (sólo los auténticos hijos de papá se lo pueden permitir, esos a los que papá les compra un piso. Lo digo sin ánimo de ofender). Con 25 años, suponiendo que uno estudia una licenciatura de 5 años y encuentra trabajo nada más terminar la carrera, se lleva 2 años trabajando con un sueldo de contrato en prácticas. Con el precio de los pisos y alquileres la única opción que le quedaría a uno a esa edad es irse a vivir fuera de Madrid de alquiler o encomendarse a todos los santos para que le toque un piso de protección oficial que, al menos, tenga 2 habitaciones (se puede empezar con un solo dormitorio como se venía haciendo hasta hace relativamente poco en los pueblos).  Sin embargo, a mi modo de ver, el principal problema no es el dinero si no el tiempo. Una pareja joven trabaja, en la mayoría de los casos, mañana y tarde. ¿Qué hacen unos padres que trabajan de 8.00 a 19.00 y que además pierden dos horas adicionales en desplazamientos? ¿Cuánto tiempo le van a dedicar ese hijo? Es un hijo que es criado por la guardería, por la asistenta o, en el mejor de los casos, por los abuelos. Se necesita cambiar todo un modelo productivo, revisar salarios, horarios, ayudas... Lo dicho: pura ciencia ficción.
Un saludo,
Juan Ignacio Pérez Rodríguez