En la Inglaterra del S. XII, un noble caballero templario, George, regresa de las cruzadas con el único sueño de asentarse pacíficamente en un trozo de tierra. Pero, para conseguir su retiro, deberá descubrir el paradero de la hija del rey, la princesa Lunna. Esta ha escapado de palacio con el insólito objetivo de custodiar el huevo de un dragón, que ella cree puede ser el último dragón.

George and the dragon, al igual que la injustamente menospreciada Dragonheart (Rob Lohen, 1996), constituyen afortunadas revisiones del género de aventuras.

Con un excelente reparto, una cuidada ambientación y fotografía, así como un desarrollo entretenido, la única pega que puede ponérsele a George and the Dragon es la escasez de situaciones graciosas, ingrediente indispensable para el éxito de una película dirigida a todos los públicos. Paradójicamente, tienen mucho humor las tomas falsas que se pueden ver al término de la película.