Entreculturas es una ONGD promovida por los jesuitas que actúa con diversos proyectos que promueven la educación en países desfavorecidos de Hispanoamérica, África y Asia.

Su trabajo en el continente africano empezó en 1999, cuando pusieron en marcha el primer proyecto en Chad -situado en el centro del continente, al norte de la República Centroafricana-, primero como experiencia piloto y, desde el 2004, como proyecto estable. Desde el primer momento, Entreculturas optó por trabajar en la educación de las personas refugiadas y desplazadas a causa de los principales conflictos africanos. Para ello siempre ha trabajado junto al Servicio Jesuita a los Refugiados (JRS, en sus siglas en inglés) y además ha contado con la ayuda de algunas empresas españolas.

Desde el 2008, "apoyar la universalización del acceso a la educación y la mejora básica de las condiciones educativas en África" es la línea estratégica del plan de Entreculturas en este continente, nos explica Pablo Funes, responsable de los proyectos de esta ONG en África. Se empezó con el programa de "educación en emergencia" en Uganda, Sudán y República Democrática del Congo, basado en llevar educación primaria a los refugiados y desplazados de dos de los principales conflictos de la región.

El programa que está en marcha actualmente se aplica desde el 2013 y terminará en el 2015 -cada programa tiene una duración de tres años-, con presencia en Sudáfrica, República Centroafricana, Uganda, República Democrática del Congo y Chad.

En Sudáfrica se da una respuesta humanitaria a las necesidades de los refugiados y solicitantes de asilo, "especialmente las de los más vulnerables, que viven en Johannesburgo y Pretoria", señala Funes, que son "los más propensos a estar desempleados, a vivir en alojamientos con condiciones muy precarias y a tener menos acceso a los servicios básicos".

En Sudáfrica, Entreculturas responde a las necesidades de los refugiados

El proyecto de Entreculturas en este país ayudará a 9.000 personas y busca fomentar su acceso a los servicios básicos, así como promover su integración socio-laboral. Todo ello a través del acceso a educación formal para alumnos de primaria y secundaria, al acceso a los servicios de salud, al acceso a la formación profesional y a otros medios de sustento, y a la puesta en marcha de un plan de promoción.

El proyecto en la República Centroafricana (RCA) se encuentra actualmente suspendido y en fase de reidentificación por la intensidad del conflicto armado, pero Entreculturas está analizando cómo atender las necesidades de emergencia (comida, bienes básicos, etc.). Entre algunos de los logros que la ONG y el SJR obtuvieron en el pasado en esta zona, está haber garantizado al alumnado el acceso a unas infraestructuras educativas de primaria en 6 centros educativos de Bria/Markounda o que 14.668 estudiantes de 54 escuelas se han beneficiado de material escolar.

burundi

En Uganda intentan satisfacer las necesidades básicas de la población refugiada y solicitante de asilo en Kampala mediante la promoción de su integración socio-laboral. Las líneas de acción prioritarias son: propiciar el acceso a alimentos, bienes de primera necesidad y servicios básicos a 3.000 refugiados y solicitantes de asilo, garantizar la integración al sistema escolar de 240 niños refugiados de entre 4 y 12 años de edad y, además, fomentar la integración al mercado laboral de 200 refugiados. Asimismo, el proyecto cuenta con dos novedades: la creación de un centro de educación infantil y la puesta en marcha de un programa propio de formación profesional.

republica centroafricana

Los enfrentamientos en la provincia de Kivu Norte también han generado mucha población afectada por la guerra en la República Democrática del Congo (RDC), especialmente niños y mujeres. En el territorio de Masisi y particularmente en la zona de Mweso, este colectivo presenta grandes necesidades educativas. "Las infraestructuras escolares están destruidas, el nivel de formación de los profesores es básico y el material educativo, inexistente", cuenta Pablo Funes. A esto se unen las mínimas tasas de alfabetización y de escolarización de mujeres y niñas, que además están expuestas a la violencia sexual reinante en todo el este del país. Junto al JRS las dos grandes áreas de trabajo son: educación formal y educación no formal. La primera permite formar a profesores, así como rehabilitar y reconstruir infraestructuras y distribuir material escolar. La segunda realiza cursos de alfabetización para mujeres y jóvenes, cursos de formación vocacional y actividades generadoras de recursos. 

El programa "Garantizando el acceso a la educación para la población refugiada en los campos del Este de Chad" se engloba en una estrategia más amplia del JRS de atención a la población refugiada en esta zona del país africano. El objetivo es mejorar el acceso a la educación formal y no formal para los 15.803 niños y jóvenes que se encuentran refugiados en 7 campos.

congo

Para Funes lo más grato de trabajar en África con población refugiada y desplazada es "saber que estamos donde hay que estar". "África es un gran continente, con muchas culturas y lleno de vida,… pero en muchas ocasiones, por las grandes injusticias globales, esta llama se apaga", afirma. "Por ello, ver cómo el JRS junto a los refugiados trabaja por encenderla de nuevo, es de lo más grato que se puede vivir en mi trabajo", añade.

África es
un gran continente, con muchas culturas y lleno de vida
Una labor que también tiene su 'cara b', pues "trabajar con gente tan vulnerable y en fuertes crisis humanitarias como las de Sudán, RCA o Congo no es nada fácil, por lo que sacar adelante un proyecto es una carrera de obstáculos", sostiene Funes, "aunque ver los resultados (por ejemplo, niños que van a la escuela, que tienen materiales y profesores con ganas de enseñarles) es lo que llena de esperanza".

Entreculturas ha apostado fuerte por este continente y entre los logros de su anterior plan (2010-2013) destacan: la ampliación de su intervención, 4.699 cabezas de ganado repartidas y 12 farmacias comunitarias creadas en Burundi; se han mejorado las infraestructuras de 6 escuelas y de los recursos materiales, así como la formación de docentes y de asociaciones de padres y madres en RCA; 3.855 alumnos han accedido a la educación en Sudáfrica; y 8.729 niñas se han escolarizado en Yei y Kajo Keji (Sudán del Sur).

En Sudán del Sur se han escolarizado 8.729 niñas

"Quiero agradecer al JRS su apoyo en la formación de docentes, directores y asociaciones de padres, madres y docentes. Estamos orgullosos del trabajo que se ha hecho aquí en apoyo a la comunidad", opina Ousseni, estudiante de la escuela de Pende en RCA. Para el matrimonio formado por Ferdinand y Marcelle, beneficiarios del proyecto de seguridad alimentaria en Burundi, las cabras que les han repartido "han sido la oportunidad de ahorrar y de poder subir algunos peldaños en la escalera del desarrollo".

Entreculturas tiene el gran reto de mejorar la educación de la población más pobre y vulnerable en África, que no está exento de grandes dificultades, "pero estamos dando pasos y seguro que nuestro granito de arena servirá para que poco a poco el continente emerja de la pobreza", concluye Funes. No nos cabe duda de que la aportación que realiza esta ONG, junto al SJR y con la colaboración de algunas empresas españolas, y que se suma a la de otras organizaciones y movimientos que trabajan en el continente africano, hará que paso a paso mejore la situación de este gran territorio.

Cristina Martín

cristina@hispanidad.com