Sr. Director:
De todas las frases  de Jesús  en los evangelios, hay una, que  resulta  particular y enormemente inquietante, para quien la lee o escucha atentamente.  Cuando el Hijo del Hombre vuelva, ¿encontrará fe sobre la tierra?. (Lc 18,8).

 

Si hay una pregunta que a todos los creyentes nos debería preocupar, es ésta,  precisamente, ya que: Sin fe es imposible agradar a Dios. (Heb.11,6). Sin fe, nadie podrá salvarse: No os salváis por vosotros mismos, sino por la gracia a través de la fe, que es un don de Dios. (Ef-2,8), y El justo vive por la fe. (Heb 2,4). De aquí, la trascendencia de dar una respuesta afirmativa al interrogante divino.

Por otra parte, a nadie se le oculta que estamos viviendo en España y en casi todas partes, tiempos de crudo materialismo, relativismo, de indiferencia religiosa, de increencia, de laicismo, de agnosticismo, de ateismo y  de apostasía. Se han perdido las raíces cristianas, el sentido trascendente de la vida y la fe en el Dios revelado en y por Jesucristo.

Muchas personas arrastran una profunda crisis de fe y hasta instituciones religiosas y la propia Iglesia, ven disminuida la eficacia de su misión salvadora por la carencia de fe que lo envuelve todo.

Buena ocasión para que todos recemos la oración del ciego del Evangelio: Señor yo creo pero aumenta mi fe. ¡Que Dios tenga piedad del mundo, aumente nuestra fe y la fe de la Iglesia, para que cuando Cristo vuelva -(¿tardará mucho?)- al menos encuentre fe en nuestro pobre corazón!

Miguel Rivilla San Martín