Sr. Director:

Antes de empezar le diré que soy militante del PSOE. He leído la carta al Director sobre los llamados matrimonios homosexuales, y no puedo estar más de acuerdo por todos los razonamientos que dice y por alguno más de índole jurídica, que me están haciendo pensar en abandonar mi militancia.

Yo no soy ningún retrogrado y no tengo nada contra que se reconozcan derechos a los homosexuales. El negocio jurídico denominado matrimonio, ha sido protegido desde antiguo, principalmente porque aporta algo a la sociedad que le protege con leyes y le dota de unos ritos y pompas civiles, a saber: potencia la procreación para la perpetuación de la sociedad, su control mediante registros civiles de contrayentes, sirve para proteger a la propia sociedad de los problemas de la consanguinidad, etc.

Se trata de una protección social y de un control de la continuidad de la especie y de una promoción del afecto y del amor y entrega. Si los homosexuales quieren que se les reconozca el derecho a heredar y a recibir una pensión de su compañero, que se estudien la forma de hacerlo sin perjudicar los derechos de terceros pero pretender que esas uniones afectivas son un matrimonio es una auténtica aberración. Perdóneme la grosería, si se quieren dar por el... que se den, pero a los ciudadanos de a pie que nos dejen en paz, porque ya está bien. Ahora, si no eres gay o lesbiana, eres totalmente un raro elemento.

Eloy González Corro

g.corro@teleline.es