El "calentón" de Maragall el pasado jueves 24 en el Parlament de Catalunya ha provocado un verdadero "socavón" en la vida política catalana. Según algunos analistas consultados por Hispanidad.com, las declaraciones de Maragall y su posterior marcha atrás suponen su muerte política: "Si es verdad, porque no puede encubrir un delito; y sino es verdad, porque no tienen derecho a imputar semejantes conductas".

Se ha abierto el melón y probablemente no volverá a cerrarse. Las actas del Parlament son más tercas todavía que las hemerotecas. Lo dicho, dicho está. Desde ahora, la política catalana se interpretará en clave 3%. Y la vicepresidenta lo sabe. Así que, prefiere no entrar en el debate. "Saben que desde esta mesa del Consejo de Ministros no entro a hacer valoraciones sobre los debates parlamentarios", explica la portavoz del Gobierno. Aceptamos pulpo.

Eso sí, De la Vega aprovecha para hacer un poco de demagogia y apuntar que el empeño de las tres Administraciones es solucionar la difícil situación de los ciudadanos de El Carmel y que el Gobierno ha mostrado su solidaridad con los afectados. Vale, muy bien. Pero, ¿qué pasa con el 3%? De la Vega no entra al trapo de la polémica. Pero haberla, hayla.