Para Tomás Cuesta, en la COPE, este enredo se resume en que hay un documento que establecía relaciones entre ETA y lo que había pasado ahí, y ese documento se ha manipulado. La conspiración en sí es muy complicada, pero alguien ha manipulado un documento oficial y de una manera chapucera. En otros tiempos, las tarjetas del ministerio del Interior se utilizaban para jugar a la ruleta y pagar señoritas de compañía, aquí se utilizan para firmar chapuzas.